Vol. 2 No. 1
Febrero de 1999

El Método Psicoanalítico: Observaciones Sobre Algunas de sus Implicaciones.

Irene Aguado Herrera,* Blanca Aranda Boyzo** y Francisco Ochoa Bautista.***
 
 

RESUMEN.

El presente trabajo tiene como objetivo analizar algunas de las implicaciones que se derivan de las reglas fundamentales del método psicoanalítico: la asociación libre y la atención flotante. A partir del análisis de dichas implicaciones se delimita la particularidad de la práctica clínica que desde este discurso se sostiene.
Palabras Clave: Método, Asociación libre, Atención flotante, Salud-enfermedad Cura, Control, Directividad.
 
 

ABSTRAC.

The presen article’s goal is to analize some of the implications wich are derivated of the fundamental rules ot the psychoanalytic method: free association and suspenden attention. From de analysis of such implications is delimited the particularity of the clinical practice wich is sustained by this discourse.
Key Words. Method, free association, suspended attention, healt-ilness, cure control, directiveness).
 
 
 
 
 

* Profesor Asociado B de tiempo completo de el área de psicología social teórica de la UNAM Campus Iztacala.

** Profesor de asignatura del área de psicología social aplicada de la UNAM Campus Iztacala.

*** Profesor Asociado B de tiempo completo del área de psicología social teórica de la UNAM Campus Iztacala.
 
 
 

INTRODUCCION.

A pesar de que el nacimiento de la psicoterapia se puede ubicar apenas en la segunda mitad del siglo XIX, el campo de la práctica clínica que se genera en torno al evento "Psi" está conformado actualmente por una gran riqueza de formas o modelos de intervención, las cuales corresponden a su vez a la diversidad de sistemas de pensamiento que se han generado en torno a este evento. Cada una de estas prácticas se caracterizan por una determinada forma de entender el evento sobre el cual se interviene, así como los objetivos o propósitos que se espera alcanzar y la manera de arribar a ellos.

Dentro de este campo encontramos la práctica clínica que se sostiene con base en el discurso psicoanalítico y que por ende comparte la especificidad del mismo. En ella encontramos que también se caracteriza por la heterogeneidad, consecuencia lógica de la heterogeneidad y complejidad epistémica propia de este discurso. No obstante ello y sin pretender hacer abstracción de las diferencias, se pueden hacer algunos señalamientos que se derivan del método de la asociación libre.

El objetivo en este trabajo es abordar algunas implicaciones del método psicoanalítico, que nos permitan analizar la particularidad de este enfoque clínico. Es pertinente señalar, que entre las diversas orientaciones teóricas fundadas en el psicoanálisis, los aspectos que se abordarán han sido y continúan siendo motivo de reflexión, respecto de su sustento epistemológico, así como las consecuencias técnicas, sin embargo rebasa el propósito de este espacio dar cuenta de las consideraciones y argumentos de tales debates.

La práctica psicoanalítica se estructura en torno a un concepto nodal, a saber el de lo inconsciente en tanto que éste es el objeto teórico del psicoanálisis y por tanto delimita su espacio de intervención. Se trata entonces con un cierto sujeto que se llama inconsciente. Para Oscar Masotta (1979) "en el psicoanálisis lo que está en juego es algo que tiene que ver con el deseo inconsciente, algo entonces que tiene que ver con la verdad del sujeto es lo que está en juego" (p. 78); siendo los lapsus, las equivocaciones verbales, los olvidos de las palabras, los síntomas, los recuerdos encubridores, en fin los cortocircuitos del discurso por donde se filtra el deseo.

La práctica que se estructura teniendo como base éstos referentes se realiza según determinadas prescripciones que se resumen en dos reglas fundamentales que conforman el método psicoanalítico: la Asociación Libre y la Atención Flotante.
 

DEFINICION DE METODO.

El término método no tiene una acepción única, sin embargo retomaremos algunas definiciones propuestas desde el discurso filosófico, desde el cual encontramos que para Abbagnano, N. (1983) el término método "tiene dos significados fundamentales: 1) toda investigación u orientación de la investigación; 2) una particular técnica de investigación." Considerando el mismo autor que "en el uso moderno y contemporáneo prevalece el segundo significado" (p. 802). Por su parte Coromias, J (1976) siguiendo el sentido etimológico del término lo define como "camino para llegar a un resultado" (p.309).

Dentro de este contexto podemos señalar recuperando a J. Perrés (1989) que; para Freud el método es entendido como un camino de investigación o para ser más precisos como un verdadero procedimiento o dispositivo que permite el acercamiento al objeto en estudio. Así encontramos que en Psicoanálisis y Teoría de la Libido Freud (1922) define al psicoanálisis como el nombre: "1) de un procedimiento que sirve para indagar procesos anímicos difícilmente accesibles por otras vías, 2) de un método de tratamiento de perturbaciones neuróticas, fundado en esa indagación, y 3) de una serie de intelecciones psicológicas, ganadas por ese camino, que poco a poco se han ido coligando en una nueva disciplina científica" (p. 2661). De lo señalado en los incisos 1 y 2 se desprende que tanto el método de investigación como el de intervención coinciden, ya que a medida que se avanza en el proceso de investigación se produce un saber que modifica al propio sujeto y de esta manera se alcanza la cura.

El método al cual se hace referencia está conformado por dos reglas básicas a saber: la asociación libre y la atención flotante, de las cuales se desarrollan las características fundamentales a continuación.
 

ASOCIACION LIBRE.

En el momento de la sesión la regla fundamental es la asociación libre en el discurso del paciente, consistente en decir todo lo que venga a la mente sin selección previa, juicio o censura. El analizante debe verbalizar todo lo que le venga a la mente por nimio o absurdo que parezca, con la garantía de que su palabra vale. Freud, S (1913) considera que la comunicación de esta regla al analizante es necesaria y útil, así señala que: "En general, no importa la materia con la que iniciemos el tratamiento, en análisis. La historia del paciente, sus recuerdos infantiles o el historial de su enfermedad. Lo único que debemos cuidarnos es de empezar dejando hablar al enfermo sobre sí mismo, sin entrar a determinar su elección del punto de partida, así pues nos limitaremos a decirle: antes que yo pueda indicarle nada, tengo que saber mucho sobre usted, le ruego por tanto, que me cuente lo que usted sepa de sí mismo" (p. 1668).

Mediante este método se descubre detrás, de un discurso racionalmente construido, un pensamiento fantasioso que emana del inconsciente. La función de esta regla es para Azouri (1995) "la de permitir al analizado aceptar las formaciones del inconsciente, un poco como una ensoñación en un duermevela"(p.100). El modelo del proceso de elaboración onírica en el que la censura disminuye y los procesos inconscientes se privilegian es homologable a la asociación libre que se solicita al analizante.
 

ATENCION FLOTANTE.

Con respecto al analista Freud, S (1912) señala que como contrapartida a la regla de la asociación libre, corresponde a éste "escuchar al sujeto sin preocuparse de si retiene o no sus palabras(...) debe evitar toda influencia consciente sobre su facultad retentiva y abandonarse por completo a su memoria inconsciente"(p. 1655)

Al psicoanalista sujetarse a esta regla, introduce una determinada forma de escuchar, "una escucha en el pleno sentido del término, (que) logra por sí sola que su discurso se modifique y asuma un nuevo sentido a sus propios oídos". Así "el psicoanalista no da la razón ni la niega; sin juzgar escucha. (Dolto, 1982, p 13).

La misma autora señala que a partir de esta particular forma de escucha "el psicoanalista intenta oír, detrás del sujeto que habla, a aquel que está presente en un deseo que la angustia autentifica y oculta a la vez" (Dolto 1982 p.14). Al mismo tiempo se introduce una presencia humana que escucha, y con ello permite que se produzcan efectos de verdad. El campo así delimitado es el campo de la palabra, que no es equivalente al de la comunicación, toda vez que tanto lo que se enuncia como la forma en que se escucha no se ajustan a los modelos de la comunicación. A lo que se apunta, de lo que se está en espera es de aquello que justamente escapa a dichos modelos. Así "lo que el analista escucha no es lo que el paciente quiere decir, sino aquello que en su palabra lo traiciona lo que casualmente no quiere en absoluto decir" (Masotta, 1979 p.65).

A partir de estas prescripciones que norman la intervención psicoanalítica se establece una particular forma de vínculo entre el analista y el analizado que hace necesario el establecimiento de una serie de condiciones que conforman el encuadre.
 

EL ENCUADRE.

El encuadre psicoanalítico "es una situación muy especial que al valorizar la palabra, refuerza la expresión de las fantasías y de las pulsiones" (David Pierre 1981 p.43). De ahí que en el tratamiento tipo, las condiciones básicas son: el privilegio de la palabra, del silencio en tanto que comunicación activa y la aceptación de la exclusión del cuerpo. A dichas condiciones se suma el acuerdo de los siguientes requisitos: el establecimiento y respeto de un horario, de una periodicidad y del pago de las sesiones.

A partir de las condiciones que se han establecido para llevar adelante la intervención se da lugar a un proceso que tiene como base la existencia de la transferencia que permite y sostiene la estructuración de una demanda de análisis. Lo cual nos lleva a analizar los conceptos que nos permiten dar cuenta del proceso, a saber transferencia e interpretación.
 

TRANSFERENCIA.

Por transferencia Freud (1912) propone que se entienda las reediciones o productos facsímiles de los impulsos y fantasías que han de ser despertados y hechos conscientes durante el desarrollo del análisis y que entrañan como singularidad características de su especie la substitución de una persona anterior por la persona del médico. Asimismo a partir de la transferencia se otorgan cualidades o características, lo que permite al analizante ubicar al analista en el lugar del saber, desde el cual se le demanda.

De esta manera la trasferencia se encuentra en la base de todo vínculo, que en la situación analítica adquiere adicionalmente la función paradójica de soporte y obstáculo a la vez. Soporte en tanto que constituye el sustrato y condición del análisis, y obstáculo en la medida en que se opone como resistencia. Este carácter paradójico se encuentra también en tanto siendo la transferencia lo que hace posible el análisis, su destino es su liquidación como acto analítico.

Hasta aquí se ha trabajo lo referente a la transferencia del analizante, sin embargo en está incluido también el analista. Ello toda vez que toda producción de lo inconsciente sólo es factible de realizarse en función de otro inconsciente. De ahí que el instrumento de trabajo del analista es su propio inconsciente, su propio deseo en tanto que es posible que ocupe ese lugar en la medida que es un ser deseante cuyo objetivo es el deseo del Otro.
 

INTERPRETACION.

La intervención del analista que adquiere el status de interpretación, lo es en la medida que permita la producción de cierto saber, de un nuevo sentido, de un cambio de posición subjetiva por parte del analizante. Este acto del analista tiene como lugar de origen su propio inconsciente, y se aunará a las formaciones del inconsciente del analizante, un error, un sin sentido que hará eco, permitiendo la producción de otro equívoco, ante lo cual se abrirá paso la verdad.

Una vez que se han señalado las características fundamentales que sistematizan y rigen la práctica analítica clínica, abordaremos algunas de las implicaciones que de ellas se derivan a efecto aportar elementos de análisis que nos permitan delimitar la especificidad de dicha práctica.
 

ASIMETRIA.

La relación analítica implica como toda relación humana la puesta en escena de la cuestión del poder, el cual se deriva directamente del lugar que ocupa el analista respecto al analizante, toda vez que éste último lo dota o le supone un saber. Que al estar "depositado" sólo en uno de los sujetos da como resultado dicha asimetría. Al respecto David Pierre (1983) dice que "el psicoanalista está en una relación asimétrica con el paciente "guarda un saber y posee un secreto" ( p. 62.). Sin embargo, el analista no debe asumir ese lugar que se le ofrece, y bien al contrario como ya se ha señalado sostener el proceso de cura que permite al analizante reconocer que aquel no existe.
 

PODER-CONTROL.

Para Cevallo, H. (1988) "se puede afirmar siguiendo a Foucault, que el poder es dinámico, cambiante, reticular y que nunca conforma una substancia que se posea como un bien (...) pero el poder también se fija y localiza en los individuos y en las instituciones. (p.33). Del análisis de la mocrofísica del poder realizado por Foucault una relación importante a tener en consideración es la relativa al saber y el poder, al respecto señala que "el poder y el saber se encuentran vinculados dialécticamente: cualquier forma de poder presupone un discurso que legitima y reproduce las formas de dominio (Foucault 1980 a, p.34). Además agrega que "el ejercicio del poder crea perpetuamente saber e inversamente el saber conlleva efectos de poder" (Foucault 1980 b, p.99). Así entonces en el dispositivo analítico en tanto que lo que se pone en juego como demanda y producción es el saber se abre el espacio para que el poder permée y matice tanto la situación como el proceso. Para Oscar Masotta (1979) "el poder, si se quiere, es el analizado quien lo otorga: parte de eso tiene que ver con la transferencia. (p.74).

El que el saber y el poder se ubiquen del lado del analista por efecto de la transferencia permitiría a simple vista pensar en la posibilidad de actualizar ese poder ejerciendo un control, sin embargo las reglas metodológicas ya señaladas imponen desde un principio la renuncia e esta forma de control, para dar paso a un determinismo de otro orden que opera a espaldas de los sujetos involucrados.
 

DIRECTIVIDAD.

La regla fundamental a la que debe someterse el analista implica escuchar de la misma manera todo lo que el analizante enuncie, lo que lleva a someterse a la regla de la abstinencia. Esto es a abstenerse de llevar a cabo cualquier juicio o valoración acerca del material que le es proporcionado. Al imponerse renunciar al control como condición de trabajo se da lugar a que sea la expresión espontánea la que reemplace la búsqueda obstinada o la actitud vigilante ante cualquier signo o indicador patógeno. Adicionalmente para que esta expresión espontánea tenga lugar el analista no debe substituir la censura que se ha solicitado abandonar al analizante. Ya que cuando el psicoanalista realiza esta invitación da la garantía de que no se habla en pura pérdida y que este ejercicio quiere decir algo, antes incluso de que se sepa que se quiere Pero de lo que se quiere decir o de lo que se quiere saber sólo se podrá dar cuanta como producción que toma por sorpresa y no como resultado de una idea preconcebida o planificada.

El inconsciente se manifiesta en las fallas del discurso consciente, en el movimiento inesperado de la palabra. (David, P. 60)
 

REALIDAD PSIQUICA.

La sesión de análisis como ya se señaló está construida sobre el modelo del sueño, de ahí entonces que el material que se proporciona, de lo que se informa es del mundo interno, de la realidad psíquica del sujeto. Freud tuvo que renunciar a descubrir en cada paciente el hecho traumático real, a abandonar la hipótesis del hecho real sucedido como causa etimológica de la enfermedad. De lo cual da cuenta en la carta enviada a W. Fliess el 21 de Septiembre de 1897 "Permíteme que te confíe sin más dilaciones el gran secreto que en el curso de los últimos meses se me ha revelado paulatinamente: ya no creo en mis neuróticos". Con la formulación de este juicio daba un paso significativo hacia la elaboración del concepto de realidad psíquica y su solidario el de fantasía.

La fantasía es un concepto que al introducirlo Freud quiso dar materialidad a lo que él denominaba "realidad psíquica". El deseo inconsciente y lo prohibido a que esta ligado es lo que el sujeto pone en escena. Por tanto el material con el que se trabaja, lo que se pone en juego en el proceso analítico es la realidad psíquica, realidad simbólica de los que ahí se encuentran.
 

CURA.

El concepto de cura propuesto en este campo remite necesariamente a dos conceptos, la manera en que propone entender la salud y la enfermedad. Freud, (1930) en el texto El Malestar en la Cultura de una manera contundente señala que existen "tres fuentes del humano sufrimiento: la supremacía de la naturaleza, la caducidad de nuestro propio cuerpo y la insuficiencia de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia, el Estado y la sociedad" (p. 3031). Sobresale de este planteamiento lo señalado en el tercer aspecto, para entender que la enfermedad en tanto que malestar y sufrimiento es el precio que el hombre debe pagar por vivir en sociedad, condición única de existencia de lo humano. Así el malestar se constituye en la condición de lo humano que no su excepción. Siendo entonces las "neurosis, psicosis y perversión enfermedades de la civilización" (David, P.1983, p.37).

Desde esta postura la relación entre los términos normal y patológico, cobra un sentido particular. Freud ubica lo patológico en el terreno de lo cotidiano. Así encontramos en el texto de Psicopatología de la Vida Cotidiana un amplio y detallado análisis de este orden compuesto por olvidos, cambios de palabra, accidentes, recuerdos, etc. Todas ellas formas inmanejables, "de emergencia de algo que pertenece al orden del deseo, bajo la marca de una transacción, de una formación de compromiso (Levi Hambra 1990, p. 38).

El objetivo que se pretende alcanzar a partir de la intervención analítica, no puede por ende plantearse en términos de promover "algo" que pudiera denominarse "sano" o "normal". Por tanto el objetivo a alcanzar se define como el proceso de reconstrucción histórica del pasado del analizante.

La función del psicoanalista se entiende entonces en tanto: "permite encontrar una salida a las fuerzas emocionales veladas que están en conflicto, pero el que las debe dirigir es el paciente mismo" (Dolto, 1992 p.11). Sin que el analista agregue algo nuevo o promueva desde sus valores o ideales. Mediante el método de decir todo a quien lo escucha todo, el sujeto se remonta a los fundamentos organizadores de su afectividad. La cura se define como un cambio de posición del analizante con respecto al lugar que ocupa el analista y el lugar que ocupa el mismo con relación a su propio saber, que lo conduce a enunciar algo relativo a su propia verdad.

Los aspectos hasta aquí abordados bien pueden entenderse apenas como el inicio de un listado de tópicos necesarios de desarrollar y profundizar a objeto de poder platear la práctica clínica psicoanalítica en su especificidad. Cada uno de ellos, más los que seguramente pueden agregarse constituyen por sí mismos temas a debate y reflexión epistémica, metodológica, técnica y ética.
 
 
 
 

BIBLIOGRAFIA.

Abagnano, N. Diccionario de Filosofía. México:Fondo de Cultura Económica

Azouri, Ch.(1995) El Psicoanálisis. España: Editorial Acento.

Cevallos, H. (1988). Foucault y el Poder. México: Premia Editora..

David, P.(1983) La Sesión de Psicoanálisis. Madrid: Gedisa Editorial.

Dolto, F. (1992) Prefacio. En Mannoni, M. La Primera Entrevista con el Psicoanalista. Madrid: Gedisa Editorial.

Foucault M. (1980a) Vigilar y Castigar. México: Editorial Siglo XXI.

-------------- (1980b). Microfísica del Poder. Madrid: Editorial La Piqueta

Freud, S.(1901) Psicopatología de la Vida Cotidiana. En Obras Completas Volumen l. 4 ª Edición. Madrid: Biblioteca Nueva Editores. 1981.

------------(1912). Observaciones al Médico sobre el Amor de Transferencia. En Obras Completas Volumen II. 4 ª Edición. Madrid: Biblioteca Nueva Editores. 1981.

------------(1913) La iniciación del Tratamiento En Obras Completas Volumen II. 4 ª Edición. Madrid: Biblioteca Nueva Editores. 1981.

-----------(1922) Psicoanálisis y Teoría de la Libído En Obras Completas Volumen II. 4 ª Edición. Madrid: Biblioteca Nueva Editores. 1981

------------(1930).El Malestar en la Cultura. En Obras Completas Volumen III. 4 ª Edición. Madrid: Biblioteca Nueva Editores 1981.

Levi-Hambra Adalberto. (1990) ¿Normal? O ¿Patológico? En La Nave de los Locos. Nº 15. México: Editorial Luzt .

Masotta, O. (1979). Lecciones de Introducción al Psicoanálisis. Vol. 1. España: Gedisa Editores.

Perrés, J. (1989) Proceso de Constitución del Método Psicoanalítico. México: Universidad Autónoma Metropolitana Editora.



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