Universidad Nacional Autónoma de México Campus Iztacala
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Revista Electrónica de Psicología Iztacala
Vol. 5 No. 2
julio de 2002

TECNOLOGIA PSICOLOGICA:
EL MOMENTO DE LA TRANSICION
Juan Antonio Vargas Bustos1
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Iztacala



 
 
 
 

RESUMEN

El artículo aborda la concepción tradicional de la aplicación del conocimiento psicológico cuestionando desde la perspectiva interconductual su relación con la ciencia básica y la congruencia que se alcanza. Recalca la necesidad de una transición planificada entre la conformación de la psicología estrictamente como ciencia y el uso tecnológico de ésta ante demandas sociales y su futura desprofesionalización Se señalan los criterios específicos que delimitan cada área tecnológica, las competencias del psicólogo y la forma en que los posibles usuarios entenderán esta labor.
Palabras clave: Tecnología, psicología aplicada, interconductual, uso tecnológico, competencias.
 
 

ABSTRACT

This article is about the traditional conception of the aplication of the psycological knowledge discussing from the interconductual perspective its relation with the basic science and the level of congruence that is taken. It points the social demands and its future IDHFCI. It also points the especific criteria that limits each technologic area, the phycologist competence and the way of the posible users could understand this work.
Key words: Technology, applied psychology, interbehavioral, techological use, competence.
 

1 Profesor de Asignatura del Área de Psicología Clínica. juanvargas@mexico.com
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Para mí la crítica no ha sido nunca más
que el mero ejercicio del criterio

José Martí
 
 
 
 
 
 

El contacto de la ciencia con la vida cotidiana se da en distintas formas, los estudios en cualquier área del conocimiento por más lejanos y abstractos que nos parezcan llegan a tener en algún momento impacto en nuestra manera de observar y cambiar al mundo.

Al empleo de la ciencia para atender demandas sociales se le ha denominado tradicionalmente como aplicación, para así distinguirla de los estudios básicos. Formalmente la aplicación del conocimiento sólo es posible en los niveles teórico y experimental de la ciencia; "En la medida en que la ciencia, como modo analítico, procede mediante la descomposición de propiedades de los objetos concretos, desvinculándose de objetos y situaciones particulares como tales, no puede ser aplicada directamente como conocimiento tecnológico." (Ribes y López, 1985, 244), por lo que resulta pertinente hacer una diferencia aún más concreta de lo que significa el uso de los conocimientos científicos básicos en los ámbitos sociales.

Ciencia es la disciplina encargada de analizar los eventos que ella misma enmarca en un objeto de estudio con base en formulaciones abstractas que no rompen la continuidad del contacto con dichos eventos, "La ciencia parte de los objetos, pero no los estudia ni los describe; abstrae propiedades de ellos y, en ese sentido, crea dimensiones de conocimiento que trascienden a su experiencia directa." (Ribes y López, 1985, 244), dada su estructura lógica y conceptual, derivando procedimientos de investigación sujetos a un método de comprobación que permiten generalizar y representar relaciones, aplicando de manera constante los supuestos a distintas circunstancias. "Una nueva esfera científica adquiere carta de naturaleza con derecho a existencia cuando descubre o delimita un determinado círculo de fenómenos que se desarrollan o funcionan según leyes internas propias... Lo mismo ha sucedido con todas las disciplinas que se han elevado al nivel de ciencias." (Rubinstein, 1974, 34).

La tecnología es el empleo de los conocimientos básicos de la ciencia adaptándolos a requerimientos sociales concretos, conjugándose en la mayoría de los casos con elementos tecnológicos de otras disciplinas (multidisciplina). "La tecnología proveniente de la ciencia tiene, por consiguiente, que ser elaborada como conocimiento sintético y sintetizador; sintético en la medida en que resulta de un proceso de revisión del conocimiento analítico a lo concreto y singular de los objetos particulares; sintetizador, en tanto la tecnología como conocimiento requiere de la integración situacional de aspectos únicos enmarcados en categorías generales." (Ribes y López, 1985, 244).

La psicología, como todas las ciencias, es requerida para solucionar demandas sociales, aunque muchas veces la petición se haga por un supuesto erróneo planteado por grupos o personas ajenas a la disciplina que no tienen claro lo que la psicología puede o no hacer. La aportación tecnológica que la psicología puede hacer es el análisis, evaluación, modificación y predicción de la conducta en interrelación con los factores ambientales en un contexto particular (Albarrán, 1997). Los alcances de la intervención están limitados al control que se tenga de las distintas variables que participan, por lo que no se puede asegurar un dominio total de los eventos o su predicción absoluta; "... la ciencia no pretende reproducir (lo cual seria prácticamente imposible) los múltiples aspectos y transformaciones propias de los eventos incluidos en su objeto de estudio, sino representar, de una manera simple y general, algunos de sus rasgos fundamentales." (Ribes y López, 1985, 235). La tecnología psicológica, entonces, se encargará de atender aquellas demandas sociales en las que se identifique que el factor fundamental es el comportamiento, examinando y orientando las variables conocidas para probabilizar un tipo de interacción especifica.

La tecnológica es el puente que la psicología, u otra ciencia, crea para hacer llegar a la sociedad su conocimiento y traducirlo en beneficios. Desde la perspectiva interconductual existen dos posiciones en cuanto a la justificación y delimitación de las áreas tecnológicas de la psicología; la primera es la de Kantor (1967) que sostiene la especialización de los subsistemas para establecer los limites y correspondencias entre las clases de problemas y la forma de abordarlos. Para poder diferenciarlos y clasificarlos utiliza los siguientes criterios: a) selección de eventos, b) énfasis en técnicas o investigación, c) formas de interpretación, y d) aplicación. Los subsistemas aplicados tienen dos usos o funciones: verificación (instrumentos o medios generales para probar o verificar el sistema comprensivo al cual pertenecen) y explotación (satisfacción de demandas sociales mediante procedimientos específicos), de los cuales ofrece tres ejemplos: la psicotecnología, la psicología educacional y la psicología clínica. La segunda posición es la de Ribes y López (1985) en la que se señala la diferencia entre la aplicación de la ciencia y la tecnología derivada de ésta, advirtiendo que el conocimiento proveniente de la ciencia básica no puede ser aplicado directamente como conocimiento tecnológico sin antes ser elaborado de modo sintético y sintetizador. La tarea tecnológica consiste en identificar las dimensiones psicológicas en los problemas prácticos y la unidad de las situaciones psicológicas concretas sin perder contacto con la ciencia básica. De tal forma que no se considera factible contar con áreas tecnológicas especializadas, pero sí el reconocimiento de circunstancias de aplicación interdisciplinarias y multidisciplinarias.

En contraste con las dos posiciones anteriores, y aún dentro de la teoría interconductual, se presentan los argumentos y criterios a considerar para la delimitación de áreas tecnológicas en psicología.

Operación tecnológica

El empleo del termino aplicación en el ámbito tecnológico de la psicología, particularmente desde la perspectiva interconductual, causa confusiones al tratar de hacer énfasis en la diferencia con la psicología aplicable; "Si se concuerda en que no puede haber psicología ‘aplicada’ en sentido estricto, sino más bien una psicología aplicable, se presentan dos opciones para canalizar la aplicación del conocimiento psicológico. Una es la ya apuntada integración multi y/o interdisciplinaria a través de profesiones con un encargo social determinado. La segunda, se manifiesta como práctica desprofesionalizada, es decir, como una práctica efectuada y regulada por los individuos que forman parte de la relación mediadora de contingencias constituida como circunstancia situacional de un problema." (Ribes y López, 1985, [cursivas añadidas]), por lo cual se considera necesario el uso de otro termino que logre hacer esta distinción.

La utilización del término operar para designar el empleo del conocimiento básico psicológico ante requerimientos sociales (psicología aplicable) nos permite diferenciarlo de la aplicación. A la operación tecnológica de la psicología la definiremos como la adaptación del conocimiento básico para transformar condiciones particulares reportadas como demandas sociales, mediante un conjunto de acciones que integren el conocimiento analítico en procedimientos específicos.

Esto nos permite, además de la distinción señalada, establecer correctamente el objetivo de la participación del psicólogo en la solución de demandas sociales, mediante procedimientos de operación vinculados y adaptados de la ciencia básica.

La delimitación de áreas tecnológicas: por qué?

La propuesta interconductual ha logrado identificar la influencia del momento histórico en la concepción que se tiene de lo psicológico (Kantor, 1963-1969; Ribes, 1990), y por lo mismo ésta no puede ignorar el momento que ahora vive y las condiciones a las que se enfrenta. El reformular el planteamiento de lo psicológico no puede, por si mismo, cambiar la forma en que otras disciplinas o la sociedad en general comprende el empleo de la ciencia y tecnología psicológica.

De manera ideal podemos pensar en una psicología como ciencia consolidada que dé los conocimientos especializados para la operación de profesiones con un encargo social determinado. Como en el caso de la física o de la química, que no actúan directamente para solucionar problemas sociales, pero que su conocimiento se ve reflejado en ámbitos interdisciplinarios y multidisciplinarios; la arquitectura, las diferentes ingenierías, la medicina, la biología, son algunos de los beneficiarios directos. La psicología interconductual, en cambio, tiene un problema doble; el primero difundir al interior de la disciplina cuáles son los fundamentos y alcances del propio trabajo psicológico. Y segundo, algo aún más difícil, divulgar a otros especialistas y a los posibles usuarios cuáles son sus competencias reales en los contextos sociales en los que actualmente opera.

La pregunta obligada es; ¿Resulta necesaria la delimitación de áreas tecnológicas para poder consolidar a la psicología como ciencia y lograr su entendimiento?, la respuesta es sí, debido a que los actuales enfoques psicológicos empleados en distintos campos ha favorecido la confusión en cuanto a las competencias del psicólogo y el desconocimiento, por parte de los propios psicólogos, del tipo de demandas y los lugares donde es requerido. Un ejemplo claro de este desconocimiento son los psicólogos que son empleados en diferentes instituciones y se les encarga cumplir con labores administrativas, médicas o legales. Peor aún, algunos psicólogos añaden procedimientos de otras disciplinas para atender "integralmente" los problemas a los que se enfrentan por no tener claro el objetivo de la operación tecnológica de la psicología. El psicólogo necesita conocer cuáles son las características particulares del contexto donde se solicita su intervención, ya que éstas limitan, encausan o promueven su actuación.

Ahora surge otra pregunta; ¿Podemos delimitar áreas tecnológicas psicológicas sin abandonar los fundamentos de la ciencia básica?, la respuesta es también sí, siempre y cuando se cumplan ciertos criterios para su establecimiento, criterios que se plantean a continuación.

Antes quisiera dejar claro que comparto el planteamiento de un conocimiento psicológico que puede ser aprovechado por otros especialista, pero aún no es el momento, existen varias cuestiones por resolver tanto en la confección de la ciencia básica como en la operación tecnológica, este es un momento de transición. Ya librado éste podremos emplear el conocimiento psicológico a nivel social de la misma manera que se utiliza el proveniente de la física o la química.

El vinculo con la ciencia básica: consideraciones esenciales de la operación tecnológica

Son ocho los puntos que nos permiten no perder el contacto con la ciencia básica ni contradecir sus fundamentos al realizar alguna operación tecnológica:

1) Nos interesan los organismos en lo individual y los otros organismos cuando éstos forman parte del campo a analizar.

2) Del organismo nos interesa su conducta, la interacción con su ambiente.

3) Por consiguiente el punto de operación son los elementos que participan en tal interacción, particularmente los repertorios interactivos del organismo.

4) Los elementos del ambiente pueden ser planteados como objeto de la operación siempre y cuando se reconozcan las limitaciones de tal intervención y las restricciones de sus efectos.

5) Dado el relativo control que se tiene de objetos, eventos y otros organismos, y de la consistencia general del ambiente, se recalca que las interacciones (la conducta) del organismo (sus repertorios interactivos) son los que con mayor seguridad podemos analizar, evaluar, modificar o predecir.

6) Las características temporales, espaciales y convencionales de los distintos contextos y procesos en que se incide influirán en parte en la conformación de los procedimientos de operación tecnológica, sin que por esto se alteren sus fundamentos.

7) Las conclusiones derivadas de la operación en sus distintos niveles en función de la ciencia básica no son las que determinan la toma de decisiones relativas, el individuo o el grupo social demandante del servicio es el que toma las decisiones con la asesoría del psicólogo.

8) La psicología como operación tecnológica participa multidisciplinariamente en los distintos contextos sociales, por lo cual sus juicios se establecen primero en relación a la propia ciencia básica, y posteriormente en función de otras disciplinas y el contexto.

Diferenciación de la operación tecnológica de la psicología: su objetivo y competencia

Para poder diferenciar la operación tecnológica de la psicología de una demanda social como tal y de las operaciones tecnológicas de otras ciencias es necesario:

1) Definir desde la psicología el área tecnológica que nos interesa y su objetivo, tomando en cuenta las características propias de cada grupo social, sus propósitos y el tipo de demanda planteada para integrar y comprender las propiedades referidas en áreas tecnológicas especializadas.

Si bien es cierto que la operación tecnológica de la psicología se hace en ámbitos definidos por otras ciencias o ante demandas sociales precisas, también lo es que deben delimitarse, desde la psicología, los alcances de esta operación.

El objetivo de la operación tecnológica clínica de la psicología es la implementación de procedimientos en relación a las interacciones del organismo en lo individual valoradas por éste o por el grupo de referencia como problema. El apellido de clínica a esta operación psicológica no depende de una consideración estrictamente psicológica, se vincula al desarrollo histórico de las instituciones que tradicionalmente han atendido estos "casos", y que por razones sociales se han agrupado con otras disciplinas encargadas de resolver problemas de "salud". En la estructura social y económica actual la psicología clínica se inserta con esta denominación para poder acercarse al tipo especial de usuario que demanda este servicio, toca a la psicología distinguir sus procedimientos particularmente del modelo medico y de las implicaciones de esta parentela.

En el caso del área tecnológica organizacional se hace referencia exclusivamente a los grupos definidos social y administrativamente que tienen un objetivo productivo, comercial o de servicio, y que cubren necesidades individuales o de otros grupos, donde el comportamiento del individuo es explicado en los términos de la psicología básica. De tal manera que la psicología organizacional, como resultado de la demanda del conocimiento psicológico especializado por parte de grupos sociales y de la delimitación hecha por la propia psicología, tiene por objetivo la implementación de procedimientos en relación a las interacciones del organismo en lo individual en el contexto definido socialmente como organización.

El área educativa es otro ejemplo de la influencia que ejercen las instituciones y requerimientos sociales sobre la denominación de una área tecnológica; al ser la "escuela" el lugar donde se reúnen los individuos para "aprender" se relacionó a los estudios e intervenciones psicológicas que explicaban el aprendizaje (sobretodo de infantes) con la estructura social que atendía en general la demanda. El área tecnológica educativa de la psicología tiene por objetivo la implementación de procedimientos en relación a las interacciones del organismo en lo individual en el proceso social de enseñanza.

Estos son tan sólo algunos ejemplos de áreas tecnológicas actuales con correspondencia a instituciones y necesidades sociales especificas, y a diferencia de lo expuesto por Kantor (1967) y Ribes y López (1985), se considera el factor de transformación de los grupos sociales y por ende la forma de identificarlos y denominarlos, sin que por esto se transgreda los supuestos de la ciencia básica. Podemos decir que cuando el contexto de implementación o el tipo de demanda social hacen altamente diferenciables los objetivos de la operación tecnológica cabe hacer una reformulación, y en su caso la creación de áreas tecnológicas desde la perspectiva psicológica. Otros ejemplos son la psicología deportiva y la psicología publicitaria que hasta hace unas décadas no eran reconocidas como áreas de operación tecnológica, pero que en estos días cumplen con requerimientos sociales e indican la comprensión contextos con interacciones especificas.

2) Delimitar las competencias del psicólogo en su actuación para la solución de la problemática señalada con relación a las actividades de otros especialistas (multidisciplina).

Si la definición del ámbito o la atención a la demanda implica la combinación de distintos procedimientos de diferentes disciplinas, parte de la labor es precisar cuales son los puntos que pueden ser comprendidos desde la perspectiva psicológica.

En la operación tecnológica del área clínica, donde la variedad de requerimientos implica la consideración, para su análisis, de una instancia biológica y de un contexto social (estrechamente ligados en este tipo de operación), no corresponde al psicólogo la alteración directa de lo biológico o la alteración de lo social. La competencia del psicólogo es incidir en el comportamiento del individuo para que esto repercuta en lo biológico y lo social.

En el área organizacional al psicólogo le corresponde operar en los aspectos relacionados con el comportamiento del individuo en los distintos momentos de los procesos laborales, y no participar (como regularmente lo indica el puesto ocupado) en actividades administrativas o legales.

Sistema conceptual y categorías puente en la operación tecnológica: criterios

Resulta necesario una vez definidos los objetivos tecnológicos y delimitadas las competencias del psicólogo crear categorías y un sistema conceptual que nos permita interactuar entre la disciplina psicológica y el contexto social. "En consecuencia, y con base en la distinción esencial que hay entre el conocimiento científico y tecnológico en la dimensión analítico - sintético, no puede plantearse la transferencia directa ~ por extensión o analogía ~ de las categorías y del lenguaje del cuerpo teórico científico, a la formulación del conocimiento tecnológico, o a una psicología ‘aplicada’ en nuestro caso. El conocimiento científico necesita ser adaptado como síntesis de lo uniforme en la diversidad, para poder aplicarlo a lo singular de lo genérico. Esto implica un proceso de traducción, sin el cual el conocimiento científico carecería de significación para solucionar problemas concretos en la práctica social. La psicología aplicada consistiría en el cuerpo teórico que permitiría traducir el conocimiento científico en tecnológico, es decir, pasar de la información analítica sobre dimensiones que trascienden a los eventos singulares y particulares, a la reconstrucción sintética de los valores de dichas dimensiones, que permiten sintetizar a un evento singular concreto." (Ribes y López, 1985, 245).

Según las características particulares de cada contexto social, y con la finalidad de fortalecer las áreas tecnológicas de la psicología, resulta necesario contar con el andamiaje conceptual que nos permita no perder contacto con la ciencia básica y crear la terminología adecuada para la comprensión del usuario (desprofesionalización) en cada área tecnológica, observando los siguientes criterios:

A) Los términos empleados para describir elementos y/o relaciones entre ellos se harán en función del contexto de operación sin que estos contradigan los supuestos básicos de la teoría.

B) Algunas denominaciones particulares sólo podrán emplearse en las áreas especificas suscritas por la psicología.

C) Para la delimitación de la pertinencia del empleo de un lenguaje tecnológico, diferente al psicológico utilizado por un grupo social u otra disciplina, tendrá que ser revalorado en función de la teoría y de los procedimientos de intervención existentes.

D) Un lenguaje tecnológico adquiere ese grado cuando sus objetivos e impacto social lo hacen altamente diferenciable.

E) Como parte del objetivo de hacer del dominio general los hallazgos de la ciencia básica a través de la tecnología resulta necesaria la adecuación de los términos y la instrucción primaria de los usuarios para que estos conozcan sus principios fundamentales (desprofesionalización).

De tal forma que son cuatro los conceptos que nos permiten operar de acuerdo a los principios básicos de la psicología y lograr la comprensión de los usuarios: Observar, valorar, variar y probabilizar la conducta.

Observar: Para el psicólogo representa la primera etapa de análisis y delimitación del campo interconductual, la especificación de la demanda reportada en términos de la conducta y los factores que intervienen. Para el usuario representa la etapa de "entrar en contacto" con la situación.

Valorar: El psicólogo establece las correspondencias en el campo específico y determina cuál es el nivel en el que puede operar. Al usuario revela de qué manera ocurre el evento que le interesa y los factores involucrados.

Variar: Se designa, por parte del psicólogo, el (los) procedimiento(s) a seguir tanto como los indicadores del efecto de la intervención. El usuario evalúa la propuesta y la participación que habrá de tener.

Probabilizar: El psicólogo estima los efectos de la intervención y la tendencia de las futuras interacciones. Al usuario se le muestran los resultados de haber intervenido con relación a su demanda para que pueda valorar los efectos e implicaciones.

Así tenemos entonces que el psicólogo delimita su competencia y crea ese "puente" que le permite aclararse, y aclarar al usuario, su campo de acción.

La operación tecnológica: procedimientos y alcances

Al establecer los nexos entre ciencia básica y tecnología se pueden articular los procedimientos pertinentes a cada demanda planteada con referencia al área tecnológica particular de acuerdo al sistema conceptual y al establecimiento de categorías puente. Podemos decir que son cuatro los procedimientos tecnológicos psicológicos que podemos aplicar:

1) Descripción psicológica: identificación de los factores involucrados en el campo interactivo y sus características particulares.

2) Contrastación psicológica: evaluación del comportamiento en contraste al contexto, situaciones criterio y criterios de logro.

3) Intervención psicológica: acciones concretas destinadas a mantener o alterar el comportamiento mediante un procedimiento especifico.

4) Estimación psicológica: Proyección de la intervención que indica en términos de probabilidad la tendencia del comportamiento de interés.

El énfasis en un procedimiento particular se determina a partir del objetivo general de operación en correspondencia al requerimiento del usuario. Los alcances de cada procedimiento, y en conjunto, se determinan tomando en cuenta que:

Primero, los procedimientos tecnológicos no miden lo psicológico, sus componentes o productos. Contrastan la funcionalidad del comportamiento ante situaciones criterio y criterios de logro de un contexto especifico.

Segundo, los procedimientos tecnológicos no determinan o predicen total e inequívocamente la conducta de los individuos. Analizan o Estiman la tendencia de los sujetos a interactuar según su historia interconductual o como resultado de una intervención o evento particular.

Tercero, los procedimientos tecnológicos tienen los mismos fundamentos teóricos y no cambian por ser empleados para cumplir objetivos diferentes. Puede cambiar la forma de operación o prestarse más atención a partes del comportamiento según su objetivo.

Cuarto, sea cual fuere el contexto social de donde se origina la demanda de operación psicológica, ésta no se verá afectada en sus fundamentos por las particularidades del contexto, lo que podrá variar será su forma de aplicación.

Quinto, por su carácter singular (temporal y espacial, estrechamente ligado a demandas únicas del medio) y al derivar la operación de un objetivo particular, el comportamiento no puede ser representado en curvas de distribución normal o índices generales de población. El sujeto, su propia conducta, es el punto de comparación.

Sexto, derivada de las conclusiones iniciales de la operación, la implementación de un procedimiento especifico dependerá del usuario (en lo individual o del grupo social solicitante). La función del psicólogo en este momento es de informar y asesorar al usuario sobre las posibles consecuencias de implementar determinadas acciones.

El uso de procedimientos específicos no sólo se limita a una parte del comportamiento, integra para su análisis las diferentes interacciones en las que participa el individuo, y considera las variables biológicas y sociales involucradas.

La investigación tecnológica

La retroalimentación a la ciencia básica a través de la tecnología constituye la forma fundamental para valorar el impacto social de una operación desde una perspectiva particular. La psicología al operar en el nivel tecnológico encuentra los elementos para comprobar o refutar algunos de sus principios fundamentales. Y no únicamente eso, desarrolla nuevos procedimientos o identifica elementos no contemplados en su planteamiento original. La investigación tecnológica tiene la posibilidad inmediata de verificar en un contexto determinado la conveniencia de intervenir mediante un procedimiento determinado y estimular el perfeccionamiento de la ciencia básica; "En este sentido, la tecnología - ingeniería puede provenir, en una forma relativamente autónoma, de los otros dos sectores de tecnología [prácticas y teóricas] y producir, de este modo, las condiciones y los criterios para el desarrollo tecnológico sistemático. Esta forma de tecnología, que en los finales del siglo XIX y principios del XX se constituyó a partir del tremendo avance en el conocimiento científico, es en la actualidad un factor fundamental que retroalimenta y acelera el propio desarrollo de la ciencia, en una interacción indisoluble." (Ribes, 1990b, 134-135). Este intercambio de experiencias sólo tiene utilidad cuando a su vez el nivel tecnológico atiende a las observaciones hechas por la ciencia.

Para que la investigación tecnológica psicológica tenga la valides científica requerida tiene que estar fuertemente ligada a los principios teóricos que la sustentan. Logrado esto, resulta conveniente contar con áreas tecnológicas especializadas de investigación que, como señala Kantor (1967), seleccionen eventos, enfaticen técnicas, formas de interpretación y aplicación para su mejor aprovechamiento. Entendiendo que estas áreas no son preestablecidas y se originan por una conformación social particular.

En términos funcionales, y como una forma de comunicar los adelantos técnicos entre los psicólogos vinculados en una área de especialización, resulta conveniente tener también agrupados los avances derivados de la investigación tecnológica. Esto se traduce en un apoyo inmediato para quienes se les demanda una intervención pronta ante problemas que así lo exigen. El psicólogo clínico encontrará extremadamente útil poder contar con la experiencia de otros psicólogos clínicos y retomar, si es el caso, procedimientos que se ajustan a la solución de la problemática que atiende. El psicólogo inserto en el área organizacional, deportiva, educativa, publicitaria, etc., podrá contar con el conocimiento y los procedimientos generados y probados precisamente en el contexto que le interesa.

Consideraciones finales

Retomar los conceptos del lenguaje ordinario implica retomar también la lógica implícita en ellos. Ocuparse de los problemas expresados en la forma de demandas sociales, e incluso de índole conceptual o experimental, sin que para esto medie un reflexión científica nos puede hacer caer en pseudo problemas y por ende en juicios erróneos (Kantor, 1963-1969; Ribes, 1990).

Desde la postura interconductual se hace un delimitación clara de lo que a la psicología le interesa: la interacción de los organismos en lo individual. Y genera, a partir de esta delimitación, una taxonomía para referirse a los eventos participantes. Al pasar del conocimiento básico al empleo tecnológico se vuelve aún más urgente la delimitación de las áreas operativas y competencias de la psicología en distintos contextos sociales. Y así lograr en un tiempo no muy lejano (espero) la consolidación de la ciencia para su entendimiento.

No podemos concluir con este escrito sin antes reconocer que la división social del trabajo coloca al psicólogo en una posición ambigua en tanto que se le reconoce de un modo particular y/o como el encargado de solucionar determinados problemas. Este reconocimiento implica fuentes de trabajo y el pago por el servicio prestado; indiscutiblemente el factor económico ha sido el que justifica y promueve la creación de especialistas y las áreas tecnológicas psicológicas correspondientes. La psicología clínica y organizacional surgen como una opción de empleo para los psicólogos después de las dos guerras mundiales, los nuevos psicólogos de los años 50’ encontraron un campo bien remunerado en instituciones de salud y en las organizaciones productivas, recientemente la psicología deportiva a cobrado importancia por los beneficios económicos obtenidos para el usuario y el psicólogo. No podemos olvidar esto, y si lo logramos podremos decir por primera vez que la psicología no únicamente está sujeta al momento histórico, sino que aprovecha las circunstancias para lograr una transición planificada.
 
 





REFERENCIAS

Albarrán, A. (1997)"Conferencia: Aspectos generales de la psicología organizacional" Psicología organizacional y administración de personal.UNAM, Campus Iztacala.

Kantor, J.R. (1963-1969) La evolución científica de la psicología. The Principia Press, E.U.A.

Kantor, J.R. (1967) Psicología interconductual. The Principia Press, E.U.A.

Ribes, E. (1990) Psicología general. Trillas, México.

Ribes, E. (1990b) Problemas conceptuales en el análisis del comportamiento humano. Trillas, México.

Ribes, E. y López, F. (1985) Teoría de la conducta. Trillas, México.

Rubinstein, S.L. (1974) El desarrollo de la psicología. Grijalbo, Argentina.
 
 











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