Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Revista Electrónica de Psicología Iztacala
Vol. 6 No. 2
junio de 2003


Redes Sociales de Apoyo en
el proceso de la enfermedad crónica
José de Jesús Vargas Flores1, Edilberta Joselina Ibáñez Reyes2 y David Jiménez Rodríguez3
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Abstract

The present work intends to make a description of the importance of the family in the process of illness of a chronic patient. The study leaned, mainly, in two psychological theories: Attachment Theory of John Bowlby and the Family Systems Theory of Murray Bowen. They were carried out depth interviews, to carry out histories of life in patients diagnosed with chronicle renal insufficiency. The histories of life provided material to carry out a conceptual analysis of the phenomenon to investigate. Also, this studies leans on in the methodology of the Grounded Theory of Glaser and Strauss. The results of the present study, are that the participation in the individual's social nets, is given in a favorable way in the measure in that the subject conceives to have a life the most similar thing until before his diagnosis. This posture that the patient takes provides a confrontation of his own death so much, as well as the construction of her useful future life for him and for his relatives.

Key words: Attachment theory, Family sistems theory, and social nets

Resumen
El presente trabajo propone hacer una descripción de la importancia de la familia en el proceso de la enfermedad de pacientes crónicos. El estudio se apoyó principalmente en dos teorías psicológicas, que son: la Teoría del vínculo de John Bowlby y la Teoría de sistemas familiares de Murray Bowen. Se llevaron a cabo entrevistas en profundidad, con el fin de realizar historias de vida en pacientes diagnosticados con insuficiencia renal crónica. Estas historias de vida proporcionaron el material para realizar un análisis conceptual del fenómeno a investigar. Asimismo, éste estudio se apoya en la metodología de la Teoría Fundamentada de Glaser y Strauss. Los resultados que arrojó el presente estudio, son que la participación en las redes sociales del individuo, se da de manera favorable en la medida en que el sujeto concibe tener una vida lo más parecida hasta antes de su diagnóstico. Esta postura que toma el paciente, proporciona tanto un afrontamiento de la propia muerte, así como la planeación de su vida futura útil para él y para los suyos.

Palabras clave: Teoría del vínculo, Teoría de sistemas familiares y redes sociales
 

1 Profesor del Área de Psicología Clínica UNAM FES IZTACALA  jjvf@servidor.unam.mx
2. Profesora del Área de Psicología Experimental UNAM FES IZTACALA joselinai@hotmail.com
3. Psicólogo egresado de la UNAM FES IZTACALA
 
 

Introducción
El papel que juega la familia, en especial los progenitores, es fundamental para el desarrollo favorable de cualquier individuo. El ser humano es un animal social, que a diferencia de otros animales no podría subsistir alejado de un adulto. Con el cuidado del bebé se cubren sus necesidades más elementales, esta práctica dura varios años. A través de la familia se da una integración a la sociedad, por medio de este proceso de integración, el niño aprende reglas, asimila patrones de conducta y se manifiesta de forma particular en su medio ambiente. El contacto con los demás comprende interrelaciones de tipo social y emocional, conforme el individuo crece, sus interrelaciones con los otros se va incrementando. Los resultados de estas interacciones son: la comprensión del lenguaje, las costumbres, la cultura, además que estas relaciones cubren necesidades físicas, crea vínculos emocionales. El niño se hace más independiente y en la adolescencia crea nuevas expectativas, en la adultez con una independencia más declarada busca pareja, se casa y tiene descendencia. De esta manera es como la humanidad se han desarrollado por generaciones a través de cientos de años. Por ello es importante además de conocer la historia social, la historia personal, esa historia familiar que involucra costumbres y características particulares en cada ente familiar.
La importancia de la familia radica en que es un organismo vivo que se manifiesta por medio de interacciones y como cualquier otro organismo, se transforma, se crea y se establece a través del tiempo, afectando a cada sujeto particularmente en lo que refiere a sus tres esferas sustanciales: la biológica, la social y la psicológica.
El presente estudio se presenta de la siguiente, primeramente se describen la Teoría del vínculo de John Bowlby y la Teoría de sistemas familiares de Murray Bowen. Posteriormente se revisa la importancia de las redes sociales en el individuo, cuando existe una enfermedad como la insuficiencia renal crónica. Después se presenta la metodología de la Teoría Fundamentada de Glaser y Strauss, para dar paso al análisis de las entrevistas, así como a su discusión y conclusiones.

La teoría del vínculo y
la teoría de sistemas familiares
El propósito del presente estudio, es describir la importancia de la familia cuando uno de sus miembros sufre una enfermedad crónica. Para alcanzar este propósito es preciso saber cómo se establece la relación entre la familia de origen y la familia actual, además de establecer cómo es que el sujeto afronta y se adapta a su nueva condición.
La mayoría de las teorías psicológicas coinciden que la importancia del ambiente físico, social y familiar favorecen la formación y el desarrollo del ser humano. En la familia se aprenden modelos y patrones conductuales, que determinar la forma particular de ser de cada sujeto. La familia media entre la sociedad y el sujeto, por medio de ella es que se trasmiten costumbres y ritos, que brindan al sujeto un repertorio de habilidades y características que definen la forma de participación en diversos contextos a lo largo de su existencia. Se presentan dos aproximaciones teóricas que describen el proceso de socialización a partir de las primeras interrelaciones del sujeto, es decir, desde la infancia (madre, padre, hermanos), para que se comprendan las interrelaciones que establecerá en la edad adulta (esposa, hijos, amistades). A continuación presentamos la teoría del vínculo de Bowlby y la teoría de sistemas familiares de Bowen.

Teoría de John Bowlby
John Bowlby estudió sobre el apego y los efectos que la separación produce en los niños de corta edad. Ha expresado que la conducta que tiene en el ser humano tras el fenómeno mencionado, es el mismo resultado en los animales. La madre mantiene cerca al pequeño y lo protege contra el peligro. Esta conducta es el resultado de un sistema de adaptación; se debe entender que ningún sistema puede ser tan flexible como para adaptarse a todos los ambientes.
La teoría del vínculo de Bowlby, resalta que desde el nacimiento entre la madre y el hijo se establece un vínculo, que se experimenta como algo sumamente agradable y desarrolla lazos afectivos con rapidez y conformados tienden a ser duraderos y sólidos. Rothbaum, Rosen, Ujiie y Uchidfa (2002), comentan que la teoría del vínculo se enfoca en la dinámica que involucra: protección, cuidado y seguridad. Esta teoría investiga en poblaciones carentes de situaciones “anormales” o situaciones clínicas. La teoría del vínculo contribuye a la integración del sujeto a su entorno.
Edwards (2002) también argumenta sobre la teoría de Bowlby, que su concepto de vínculo se debe entender como la influencia profunda de la relación entre niños y padres, arguye que Bowlby reconoce que aunque la teoría del vínculo se base en la relación con los padres, no se limita a ellos esta interacción: “los padres reconocen la importancia del apego, no obstante también están al pendiente de la socialización del niño, por lo tanto los padres ayudan en las relaciones de sus hijos en la familia, con los amigos, y la comunidad, además de compartir con otros la responsabilidad por desarrollar y mantener éstas relaciones y vivir cooperativamente con otros” (p. 389).
Vygotsky (1978) comenta sobre el vínculo de la interacción del niño y sus contextos: “los niños están aprendiendo sobre su ambiente, se media por la vinculación con los adultos. Cuando los niños crecen y se comprometen o se adaptan cada vez más con sus contextos, ellos también comprometen en las interacciones sociales más sofisticadas con sus padres. Ellos empiezan al interiorizar los rasgos esenciales de estos diálogos, mientras que usando el pensamiento, adquiere nuevas habilidades” (p. 93).
Bowlby (1958) menciona cuatro teorías fundamentales referentes a la naturaleza y origen de los vínculos infantiles, que solían postularse a mediados del siglo XX:

1. El niño tiene una serie de necesidades fisiológicas que deben satisfacerse, primordialmente alimentarse y tener calor. El que el niño se interese por una figura humana, que en la mayoría de los casos es la madre, crea un vínculo con esa figura que cubre sus necesidades, la madre es sinónimo de gratificación. Bowlby (1993) señala que se le conoce como la teoría del “amor interesado”.
2. En los niños existe una preferencia de pegarse al seno de la cuidadora, así como succionarlo y poseerlo oralmente. Posteriormente el niño aprende que ese seno es de la madre, motivo por el que establece un vínculo más fuerte con ella.
3. En los infantes existe una propensión a entablar contacto con otros seres humanos y apegarse a ellos. Estos nuevos personajes en su vida, también representan una “necesidad” que cubrir, tal como el alimentarse o sentir calor.
4. En los infantes existe la ansiedad de “regresar” al vientre materno. Por lo que a este vínculo se denominan “teoría del anhelo primario de regreso al vientre materno”.

Sloman, Atkinson, Milligan y Liotti (2002) realzan lo comentado por Bowlby: “buscando y manteniendo el contacto con las figuras de vínculo, es un principio de motivación primaria en los seres humanos y un mecanismo de supervivencia innato que les proporciona una seguridad a los individuos para explorar un mundo potencialmente peligroso. Los lazos emocionales se desarrollan y se regulan por proximidad (física y psicológica) a las figuras vinculares” (p. 313).
En la adolescencia y la adultez se producen algunas variaciones, entre las que se incluye el cambio de las figuras significativas hacia las que se dirigía la conducta afectiva. En la adolescencia el vínculo afectivo con los padres se debilita, otras personas distintas a los progenitores comienzan a cobrar igual o mayor importancia, socialmente se demarca más este debilitamiento cuando el adolescente comienza a sentir atracción sexual por el género complementario. En esta etapa del ser humano, Bowlby señala tres posibles vertientes en los adolescentes: 1) Están aquellos jóvenes que se apartan casi por completo de los progenitores y el vínculo se establece en una distancia alejada; 2) existen jóvenes que, pese a establecer vínculos con coetáneos, el lazo con sus padres sigue tan unido como en la infancia, y; 3) la tercera alternativa, donde radican la mayoría de los casos, donde los jóvenes adolescentes establecen vínculos afectivos muy significativos (noviazgo, amistades), sin desprenderse demasiado del vínculo original con los padres, que prevalece hasta la vida adulta.
Young y Willmott (citados en Bowlby, 1993) indicaron que el vínculo entre la hija adulta y su madre, desempeña un papel de gran importancia en la vida social occidental. Puede ocurrir que el vínculo sea negativo, ante esto Sloman, Atkinson, Milligan y Liotti (2002) refieren que “la relación óptima padre-hijo es abierta y emocionalmente flexible. Los padres responden de forma consistente y sensiblemente en un rango lleno de emociones infantiles y proporcionan ayuda regulando el estado emocional de sus hijos. A través de este tipo de sincronía, los infantes aprenden a autoregularse y desarrollan estrategias para manejar niveles elevados de excitación y recobran un estado de organización si ellos se desorganizan. Los padres, sin embargo, difieren en su habilidad de comunicar, perciben y responden a señales emocionales basadas en sus propias experiencias del vínculo. Cuando el ambiente no incluye la comunicación emocional abierta y flexible, los infantes aprenden que ciertas emociones son más aceptables que otras. Este tipo de adaptación está particularmente claro en contextos de protección en que la expresión emocional o se suprime o se eleva” (p. 316).
Este tipo de relación de los padres muestra un rango restringido de expresión emocional y alejamiento que aumentan interacciones que provocan afecto negativo. Los hijos de estos padres son inseguros, la regulación de las emociones minimiza la necesidad de la relación vincular. Se manifiesta en neutralidad afectiva, interés disminuido en la proximidad y la anulación activa del padre. Sloman, Atkinson, Milligan y Liotti (2002) arguyen que “estos padres están confundidos, y preocupados con las relaciones familiares pasadas y se presentan como pasivos, temerosos, agobiados o enfadados. Por lo que se refiere a su paternidad, estos individuos son variablemente sensibles a sus hijos y proporcionan pocas trabas emocionales para ayudarles regulando su estado emocional. La ansiedad es superior en este ambiente de protección, porque los niños son incapaces de predecir la respuesta paterna. Como resultado, estos infantes desarrollan vínculos ambivalentes de inseguridad en que las emociones negativas y las conductas resistentes están presentes en el contexto de esfuerzos por mantener la proximidad con alguno de los padres... los niños inseguramente vinculados muestran déficit en la regulación de la emoción comparándolo con aquellos que son vinculados firmemente” (p. 317).
En la vejez difícilmente puede prevalecer la conducta de apego con la generación anterior, entonces se dirige esta conducta hacia miembros de su misma generación (cónyuge, hermanos) o a miembros de generaciones posteriores (hijos, nietos). Bowlby (1993) declara que: “la conducta de apego manifestada durante la vida adulta prolonga en modo directo la de la infancia, tal como lo demuestra el hecho de que esa conducta se provoca más fácilmente en el adulto. Ante una enfermedad o catástrofe, los adultos con frecuencia aumentan sus exigencias de otras personas; ante un desastre o peligro, es casi seguro que el sujeto habrá de buscar la proximidad de otro ser conocido y en quien confíe. En esas circunstancias todos reconocen como algo natural la intensificación de la conducta afectiva... la conducta de apego (afectiva) de los adultos equivale a soslayar el papel vital que desempeña aquélla en la vida del hombre ‘de la cuna a la sepultura’ ” (p. 234).

Teoría de Murray Bowen
La teoría de Bowen (1989) comprende seis conceptos teóricos interrelacionados: 1) la escala de diferenciación del self; 2) sistema emocional de la familia nuclear; 3) proceso de proyección familiar; 4) proceso de transmisión multigeneracional; 5) perfiles de la posición entre hermanos, y; 6) los triángulos (Vargas, 2002).
En La escala de diferenciación del self, Bowen describe que en las personas existe una diferenciación del self, para algunos puede ser elevada y para otros baja. Para los primeros, que tienen una diferenciación elevada, son personas que tienen una percepción de las cosas más objetiva, en tanto que los que la tienen baja, encuentran las mismas percepciones con gran probabilidad de caer en situaciones de confusión o de estrés. Bowen especifica que tener una diferenciación baja, queda exenta de “anormalidad”, es una escala que no tiene que ver con el nivel de salud o síntomas psicopatológicos. Los que se encuentran aproximadamente más a la mitad de esta escala, son individuos que viven dentro de un mundo controlado por emociones. También es preciso decir que las personas con un self altamente diferenciado tienen una visión más objetiva de las situaciones que les ocurren y es más probable que hagan análisis y conclusiones más acertadas pero no necesariamente. Las personas con el self poco diferenciado, tienden a reaccionar más por lo que creen que “sienten” que por un preciso análisis objetivo.
Se establece en esta teoría una escala entre puntajes de 0 a 100, pero Bowen no especifica como se diferencia una persona dentro de un rango de manera exacta. También asegura que 75 es considerado un nivel alto, pero sólo una parte pequeña de la sociedad puede sobrepasar el puntaje de 60. En las relaciones interpersonales, las personas con un nivel de diferenciación alto se sienten más cómodas que las de nivel bajo. Bowen (1989) expresa que: “la persona de la zona superior de la escala, es menos reactiva a la alabanza o a la crítica y realiza una evaluación más realista de su propio self, a diferencia de quien pertenece a la zona inferior, cuya evaluación está por debajo de la realidad. La escala es muy importante como concepto teórico para entender todo el fenómeno humano y como instrumento fiable para hacer una evaluación global del curso de una vida, así como predicciones precisas acerca de las posibles direcciones futuras de la vida de una persona” (p. 193).
El Sistema Emocional de la Familia Nuclear o sistema emocional, designa patrones emocionales de forma triangular. Operan en relaciones que son muy estrechas, este sistema emocional se realiza a través de tres áreas donde se expresan los siguientes síntomas: 1) conflicto conyugal; 2) disfunción de un cónyuge, y; 3) proyección sobre uno o más hijos. El conflicto conyugal es cuando uno de los miembros de la pareja pierde su diferenciación y se vuelve emocionalmente más dependiente del otro. La disfunción de un cónyuge se puede entender cuando en alguno de la pareja sufre un trastorno físico o emocional (enfermedad, por ejemplo), el otro en tanto, gana fuerza en este intercambio emocional. Finalmente, también ocurre que la diferenciación puede orientarse hacia alguno de los hijos.
El Proceso de Proyección Familiar es por el medio que los padres se sirven para proyectan parte de su inmadurez sobre uno o más hijos. El hijo se convierte en un objeto de proyección más apegado emocionalmente a los padres, y termina con un nivel más bajo de diferenciación de self. “La pauta más frecuente es aquélla que se desarrolla en la madre a través del mecanismo que permite a ésta volverse menos ansiosa centrándose en el hijo” (Bowen, 1989; p. 194). En cambio el hijo que crece relativamente ajeno este proceso de proyección familiar, puede llegar a tener un nivel de diferenciación más elevado referente al de sus padres.
El Proceso de transmisión multigeneracional explica de cómo el nivel de diferenciación entre las generaciones puede establecerse de acuerdo al puntaje de cada integrante de la pareja. Bowen (1978) señala que el equilibrio entre la intimidad y autonomía en las relaciones familiares se regula, por los límites emocionales y psicológicos normalmente implícitos que ayuda en la comunicación de los individuos a cómo funcionar en las relaciones. Kretchmar y Jacobvitz (2002) mencionan que estableciendo límites claros pero flexibles entre las generaciones, es importante para que la familia funcione saludablemente. Si los límites entre padre-hijo se mantienen apropiadamente sin ser rígidos, les permiten a los niños explorar la intimidad que necesitan con el apoyo apropiado y tener una alta diferenciación de su self. Los límites pueden estar demasiado rígidos y bloquear la intimidad de ambos: “El modelo de la familia rompe las funciones proteccionista a favor de la relación padre-hijo. Estos límites también pueden ser difusos, no obstante, es probable que con este modelo “enredado” o difuso, se origine la autonomía de los niños” (p. 354).
Los Perfiles de la posición entre hermanos comprenden características de algunos de los hijos que tendrán influencia sobre el crecimiento de sus hermanos. Si el hijo mayor tiene una diferenciación alta, tendrá influencia sobre el desarrollo de los hermanos menores, ocurre lo mismo cuando el mayor de los hermanos tiene una diferenciación baja.
El último concepto son Los triángulos, explican el desarrollo de las familias y de casi todas las relaciones que se dan de forma triangular. Se afirma que cuando se eleva la tensión en la pareja incluye –a veces– a otra persona, que puede ser en el caso de un matrimonio un hijo. Es importante señalar que los triángulos se multiplican en una familia con varios miembros y estos trabajan de tal forma que la familia se brinda apoyo emocional dependiendo del tipo de problema que sufran. “Conforme se acumula la tensión en un sistema de dos personas, es habitual que uno se sienta más cómodo que el otro, y que el que está molesto ‘introduzca en el triángulo’ a una tercera persona... esto alivia la tensión entre los primeros dos, y la desplaza hacia el tercero (como puede ser hacia el primogénito)” (Bowen, 1989; p. 196).
Se debe entender la teoría de Bowen como un proceso de regulación e integración, que establece patrones comportamentales en sus diversos contextos durante la existencia del individuo. Además de los seis conceptos teóricos de Bowen, este autor también maneja lo que es la banda de comodidad, la cual se presenta en el siguiente cuadro.

La banda de comodidad se debe entender, como el espacio donde a partir de la diferenciación el sujeto puede sentirse cómodo. En la medida que esta banda sea más amplia, puede tiene una comodidad emocional más estable, no tendrá sensación de que su intimidad es invadida y tendrá una independencia más delineada. Las personas con un nivel de diferenciación baja, tienen una banda de comodidad más estrecha, las personas más diferenciadas tienen una banda de comodidad más ancha, de tal forma que no se sienten incómodas cuando la otra persona se aleja, porque siente que respeta su independencia (Bowen, 1989; Vargas, 2002).
Bowen (1989) asimismo explica parte de la naturaleza del significado de la muerte, como hecho irrefutable en la vida de cualquier ser humano: “el ser humano es un animal pensante que goza de un cerebro que le permite razonar, reflexionar y pensar de un modo abstracto. Con su intelecto ha creado filosofías y creencias en torno al significado de la vida y de la muerte, y ha tenido que negar su posición en el plan de la naturaleza. Cada individuo tiene que definir su lugar en el esquema total y aceptar el hecho de que morirá y será sustituido por las generaciones futuras” (p. 53).
La vida de los seres humanos ha llevado un ciclo constante: nacer, crecer, reproducirse y morir, Alvarez (1998) discute que “indudablemente, el reconocimiento del hombre de su condición de mortal es un hecho que siempre le ha causado temor y dolor porque lo separa de sus seres queridos y pone fin a su propia existencia. Lo que ha cambiado es la forma en que el ser humano se ha adaptado a la ineludible realidad de la muerte y esto lo hace en función de la cultura en que vive” (p. 9-10).
Bowen (1989) propone dos formas de pensamiento, que las denomina sistemas “abiertos” o “cerrados” donde en función de la diferenciación del self, el sujeto es capaz de comunicar un alto porcentaje de pensamientos privados e íntimos, sentimientos y fantasías con respecto a su muerte. Ninguna persona puede establecer un sistema totalmente abierto, pero se habla de un “sistema abierto saludable” cuando el individuo puede expresar sus pensamientos ante el hecho de que puede morir. En el otro extremo, las personas que tienen una diferenciación del self baja, es producto de un sistema cerrado que da como resultado, que la persona que sufre una enfermedad, la viva desde su realidad como un acontecimiento caótico que rompe con todos los esquemas y expectativas de su vida. Esto se da porque las personas se encierran en sus pensamientos y sus conductas obedecen a creencias, supersticiones, que a una situación autoreflexiva.
Bowen (1989) asegura que el sistema emocional de cualquier sujeto se ve más abierto en el noviazgo y es lógico que derive en el matrimonio, la pareja es con quien se crea en la etapa adulta un vínculo más estrecho, es a la pareja a quien hay que proteger desde la perspectiva del sujeto. Es cuando un profesional experto puede actuar como un tercero y ayudar en esta etapa crucial para el individuo y replantear una apertura de su sistema emocionalmente cerrado: “con el profesional experto haciendo una triangulación, hace funcionar la magia de la terapia familiar, que traería como consecuencia la progresiva apertura de una relación cerrada” (Bowen, 1989; p. 54). Bowen determina que entre el médico y el paciente existe un nivel de comunicación. La relación del médico sobre el paciente puede surgir como un tercer miembro que da cabida a la triangulación y fortalece el nivel de diferenciación del sujeto. Se espera que la banda de comodidad en el paciente crónico se amplié, así como las expectativas de vida.
Alvarez (1998) comenta sobre la relación médico-paciente que: “en la comunicación del médico con el enfermo terminal, lo crucial no es definir si el primero debe informar al segundo de su muerte, sino transmitir al enfermo la seguridad de que contará con una relación que lo acompañe hasta el final y ofrecerle la posibilidad de expresar sus necesidades y temores... la muerte no es lo peor que sucede a una persona porque finalmente es el destino de todos y lo que se haga por evitarla tiene un límite... ciertamente no sólo al médico corresponde esta tarea, pero de él depende que haya también otros que lo hagan ” (p. 158-159).

Diferencias y similitudes entre las teorías
Se mostraron dos teorías que relacionan modelos conductuales que aprende el sujeto. Con la teoría de Bowlby (1993) se explica cómo se establecen los vínculos afectivos que provocan lazos emocionales más estrechos con algún miembro de la familia de origen, principalmente con la madre. Posteriormente este lazo afectivo se ve modificado sin perder su importancia y establece otros vínculos afectivos en la adolescencia, adultez y vejez. La teoría de Bowen (1989) además de ser más detallada, destaca la relevancia de la familia en la vida del sujeto, para que de esta manera se relacione y afronte problemas en los contextos donde participa (Innes, 1996).
Rothbaum, Rosen, Ujiie y Uchidfa (2002) discuten sobre la teoría del vínculo (Bowlby) y sobre la teoría de sistemas familiares (Bowen), “hay similitudes notables entre la teoría del vínculo y la teoría de los sistemas familiares, algunas similitudes están en un gran nivel conceptual, como la teoría fundamentada en sistemas que piensan sobre las preocupaciones de las relaciones humanas íntimas (como la transmisión intergeneracional). Otras similitudes están en un nivel más específico, como la correspondiente entre las clasificaciones del vínculo, la ambivalencia y las relaciones de escape, y las categorías de los sistemas familiares de adaptación, enredados y relaciones de desunión en el otro” (p. 329).
Rothbaum, Rosen, Ujiie y Uchidfa (2002) puntualizan sobre las diferencias y similitudes entre las teorías de Bowlby y Bowen que: “hay también diferencias importantes entre las teorías: (a) la teoría del vínculo se enfoca en la dinámica que involucra protección, cuidado y seguridad, la teoría de los sistemas familiares se preocupa por la dinámica familiar, involucra estructuras, roles, modelos de comunicación, límites y relaciones de poder; (b) la teoría del vínculo se enfoca en la ambivalencia, por la actividad que ocurre dentro de los individuos, la teoría de los sistemas familiares se enfoca en tríada, por la actividad que ocurre dentro de los grupos; (c) la teoría del vínculo tiene relación relativamente más con los niños y su desarrollo, considerando que la teoría de los sistemas familiares tiene relación relativamente más con el adulto; y (d) la teoría del vínculo, ha confiado históricamente su investigación empírica con poblaciones normales, considerando que la teoría de los sistemas familiares confía en estudios que involucran las poblaciones clínicas principalmente. Las teorías en ambos campos enfatizan formas en que éstas diferencias son complementariamente orientadas entre sí. Las diferencias dejan ver como se enriquecer mutuamente... ambas similitudes dejan ver las diferencias entre las teorías de cómo contribuir a su compatibilidad y finalmente a su integración” (p. 329).
Como pudimos observar, la teoría del vínculo y la teoría de sistemas familiares tienen puntos de encuentro y de divergencia. Se presenta a continuación una revisión actualizada sobre éstas teorías que se utilizan como marco de referencia en estudios recientes, de esta manera es posible hacer análisis de cómo se establece la relación entre la familia de origen (Bolwby) y la familia actual (Bowen).

El paciente crónico, su enfermedad
y sus redes sociales
Los individuos entrevistados padecen de insuficiencia renal crónica (IRC), por lo que se da una breve explicación de esta enfermedad. Se habla de insuficiencia renal crónica cuando los riñones son incapaces de cumplir las funciones elementales de una manera persistente, se presenta lentamente, en ocasiones puede ser indiferente para el paciente. No tiene cura y llega hasta una etapa terminal en la que el individuo necesita un tratamiento que realice algunas de esas funciones que han perdido los riñones, utilizando para ello un riñón artificial (diálisis o hemodiálisis) junto con la dieta y el tratamiento médico. Existe además el trasplante renal para esta modalidad de insuficiencia renal (Farreras, 2000; Baxter, 2002; Varela, 1984; Guerrero 2001; Jiménez 2002).
Ahora describiremos con más detalle el proceso del padecimiento crónico a partir del diagnóstico. La percepción del paciente respecto de su enfermedad, es necesaria para comprender la relación que mantendrá posteriormente con la familia a lo largo de su afección.
El paciente crónico ante la noticia
El notificar a un paciente crónico su actual estado de salud, es un momento que conlleva una serie de cambios a quien se le notifica. Con el modelo contemporáneo de salud (biopsicosocial) es de suma importancia hacerle saber al paciente la naturaleza del padecimiento y de los estragos que pueda llegar a causarle. Suele ocurrir como mencionan Flores y Vega (1992) que “en ocasiones no se le informa al sujeto de su gravedad, con el pretexto de la piedad, pero generalmente termina por darse cuenta al ver que su salud empeora” (p. 75).
Ayarra y Lizárraga (2002) explican que los motivos para informar al paciente son cuatro: “1) la Ley General de Sanidad ampara el derecho a la información y son ya varias las sentencias contra profesionales por no haber informado al paciente de enfermedades neoplásicas; 2) una persona no informada no puede tomar decisiones. Si el enfermo conoce su enfermedad y su pronóstico podrá decidir; 3) además de decisiones respecto al proceso podrá, si lo desea y lo necesita, organizar temas laborales, familiares, etcétera; 4) el último y, quizá más importante motivo para informar, es el acompañamiento: si el enfermo y su entorno conocen el diagnóstico y pronóstico pueden compartir el sufrimiento y vivir este periodo del final de la vida de forma más o menos significativa ” (p. 3). En la IRC, el paciente toma conocimiento de la gravedad de su padecimiento y del peligro de muerte cuando se le hace saber que depende de la diálisis  para continuar con vida.
La enfermedad toma una significado de pérdida que Montes y Bayle (2002) enumeran en tres puntos: 1. Pérdida de salud y bienestar; 2. Pérdida del status socio-familiar y profesional; 3. Pérdida de libertad y autonomía personal. También es importante considerar la percepción de su muerte en un cuarto punto.
1. Pérdida de la salud y el bienestar
Para pacientes con insuficiencia renal crónica existe una alternativa para continuar con vida y es la diálisis, esta alternativa -única- será un parteaguas en sus vidas, abriendo un antes y después de ella. El autoconcepto del paciente se ve mermado ante la inserción del catéter, de tal intervención se vierten expectativas respecto al nuevo miembro artificial que será parte de su cuerpo. La diálisis se debe convertir en un evento cotidiano para el resto de su vida y esta periodicidad señala al paciente el constante enfrentamiento con la enfermedad. El autoconcepto para Aramburu y Guerra (2002) es “la representación de una realidad multidimensional en la que ciertas dimensiones adquieren más valor para algunos individuos, mientras que otras dimensiones resultan más relevantes para otros... el autoconcepto puede ser considerado como un reflejo de las percepciones de sí mismo acerca de cómo es visto por los demás; es una especie de reflejo de la vida social del individuo” (p. 1). Aramburu y Guerra (2002) expresan que el autoconcepto se nutre de la percepción de personas significativas del entorno social del paciente, y si existe congruencia en la relación entre el autoconcepto del paciente con la percepción de la familia produce el fortalecimiento de la autoestima del paciente.
2. Pérdida de status social-familiar y profesional
La enfermedad crónica degenerativa se refleja sobre la imagen corporal, otorgando al cuerpo un notorio deterioro y transformación (Ibancovichi, 1994). La impotencia sexual, la palidez y la cavidad necesaria para la diálisis en padecimientos renales, hacen que el paciente tenga una percepción de su organismo poco satisfactoria, se modifica el significado del cuerpo y ello provoca aislarse del entorno social. Gradualmente la fatiga es parte consecuente de las características del padecimiento, remitiendo al paciente a contextos que le exigen un mínimo de fuerza física (de transportación por ejemplo) hacia una comodidad que salvaguarde su integridad, el paciente se siente más seguro en casa, que en un ambiente fuera del hogar. Montes y Bayle (2002) comentan que “el deterioro físico junto con los sentimientos de inferioridad van a ir limitando las relaciones sociales y familiares de los pacientes. El medio será vivido con hostilidad (envidia o incompatibilidad), favoreciendo el egocentrismo así como el retraimiento y la introversión de los pacientes, todo ello como resultado del control de la afectividad y de la represión de la impulsividad” (p. 8). El paciente lucha con un duelo permanente que va diezmando actividades laborales, sociales y familiares. En la medida que avanza la enfermedad, el paciente adquiere expectativas distintas a un futuro útil para los suyos y para él mismo.
3. Pérdida de la libertad y de la autonomía
Se describe otro aspecto fundamental en el paciente, que fluctúa en cierto momento de la enfermedad en actitudes de pasividad, dependencia y resignación, pero no es recurrente en todos los casos. Primeramente se enfatiza una postura que resiste a ésta nueva modalidad de vivir. En las primeras etapas de la insuficiencia renal crónica, prácticamente se puede tener una normalidad en su vida, el paciente todavía percibe una relación favorable en su autoconcepto y de los familiares también. Montes y Bayle (2002) manifiestan que la familia tiene un papel primordial en el soporte y apoyo del paciente, aunque al ayudar potencian los sentimientos de inutilidad y las actitudes hostiles de los pacientes, esto puede ocurre en cualquier etapa de la enfermedad. El paciente por lo general se resiste frente a la sumisión y tiene una disputa para reivindicar su propia autonomía e independencia, esta rivalidad entre rechazo-aceptación y dependencia-independencia, se refleja en su percepción del proceso de diálisis.
Los puntos anteriores mostraron a groso modo aspectos que hacen mención del modelo de salud contemporáneo: biopsicosocial. La pérdida de la salud, hace referencia hacia el aspecto biológico. La pérdida del estatus, remite al aspecto social. La pérdida de la autonomía y la libertad, encaja en el aspecto psicológico, por los factores por las que el paciente pierde estas facultades. No por ello debemos concebir estos tres puntos como entes ajenos al modelo antes mencionado, se encuentran evidentemente interrelacionados, pero para una descripción se muestran de esa forma.
4. El paciente crónico y su percepción ante la muerte
De acuerdo con Jiménez (2002), el proceso en la enfermedad del paciente crónico conlleva una serie de pensamientos de su estado de salud, que va repercutiendo con un vislumbramiento latente y constante de su muerte. Montes y Bayle (2002) describen sobre el tema que: “el tema de la muerte está presente en el vivir de cada día: en las complicaciones mortales, en el descenso de la esperanza de vida, en el fallecimiento de los compañeros de diálisis, etcétera. Esto conlleva a la necesidad de trivializar la enfermedad en el presente inmediato, durante la rutina de los cuidados diarios o en las mismas sesiones de diálisis” (p. 9).
Definición de red social
El concepto de redes sociales de apoyo, se debe al psiquiatra inglés S. H. Foulkes, quién es uno de los organizadores del movimiento de terapia de grupo en Gran Bretaña. Foulkes insistía en la importancia del fenómeno de grupo como un todo (González, 2000). Las redes sociales de un individuo, corresponden a todas las relaciones significativas que establece a lo largo de su vida, estas redes se conforman por: familia, amigos, compañeros de trabajo, personas de su comunidad y miembros de las instituciones educacionales, asistenciales y comunitarias (Alvarez y Puñales, 1988; Ruiz, 1994). Las redes sociales involucran la comunicación entre los miembros que la conforman y que se ajustan a las demandas del contexto. Aún cuando su uso es práctico es antiguo en los grupos de autoayuda en intervención comunitaria, el tema de apoyo social y redes sociales de apoyo, es probablemente el que emerge con más fuerza en la década de los 90 dentro del área conceptual de la psicología.
Jiménez (2002) argumenta que la red social favorece muchas de las actividades cotidianas que se relacionan con la calidad de vida, la red social ayuda a establecer actividades positivas para el sujeto: rutina de dieta, de ejercicios, de sueño, de seguimiento de tratamientos médicos, etcétera; al tener un sistema de apoyo como una red social sólida, la vulnerabilidad a las enfermedades es muy baja y la posibilidad de recuperación en cualquier enfermedad es mayor que cuando la persona no cuenta con redes sociales consistentes, es decir, cuando la persona se aísla.
Jiménez (2002) describe que el tamaño de la red social, influye en la función de la misma, una red social pequeña puede ser menos eficaz en una situación a larga duración, ya que las personas que la constituyen comienzan a distanciarse cuando resienten el deterioro de la red social pequeña. Una red numerosa tampoco puede dar ayuda en momentos críticos de tensión emocional. Sluzki (2002) menciona que: “las redes de tamaño medio son más efectivas que las pequeñas o muy numerosas” (p. 3). El tamaño adecuado de una red social, es cuando ésta puede actuar como un monitor de cada integrante, el tamaño de la red se relaciona con la necesidad de todas las personas que la conforman, de saberse dentro de un grupo de pertenencia al cual referirse en momentos críticos y encontrar solución parcial o total.
La familia como red social inmediata
A partir de los años 70 se ha realizado investigaciones donde sugieren que personas con niveles altos de interacciones favorable dentro de su red social inmediata, presentan un índice de mortalidad y síntomas psicológicos y físicos menores que los que interactúan poco (Mermelstein, Cohen, Lichtenstein, Baer, y Kamarck, 1986). Se comprueba el reconocimiento gradual de la importancia de la familia como un factor biopsicosocial que potencialmente es capaz de influir en la salud para mejorar la calidad de vida (Rojano, Bazán, Alcazar, Reynoso y Mercado, 2001).
Los estudios también mencionan que personas con familia, pareja estable y amigos les proporcionan recursos materiales y psicológicos, tienen una mejor salud que aquellos con un contacto social débil. Culturalmente la familia es una instancia que provee al sujeto de un sin número de recursos que da el necesario en cualquier momento en la vida. Es el seno familiar donde el individuo establece sus primeras relaciones interpersonales, la familia es el lugar donde la persona adquiere sus primeras habilidades sociales, por ello la familia se le considera como red social inmediata del sujeto. No se considera la familia como una red social pequeña, reducida o débil, con base a las funciones de la red es lo que la hace importante, la familia aunque cuantitativamente es un complejo pequeño, dota de una gran cantidad de recursos de interacciones y triangulaciones entre sus miembros.

La familia y la relación con la enfermedad crónica
Se ha mencionado sobre la implicación de la familia en el proceso de la enfermedad del paciente crónico, así como también de los efectos que puede sufrir el entorno familiar. Cano (2002) menciona que el vínculo entre el enfermo y su familia, le sirve como soporte y plataforma para desarrollar su vida en el mundo donde se desenvuelve y da sentido a cada una de sus relaciones, el ser humano tiene tres grandes tendencias: “1) tendencia a ejercer un control social de los demás: las relaciones de poder; 2) tendencia a conseguir la unión, la intimidad y el placer de las relaciones que se manifiestan en tres necesidades fundamentales: 2.1) necesidad de establecer vínculos afectivos percibidos como incondicionales y duraderos: el apego; 2.2) necesidad de disponer de una red de relaciones sociales: amigos, conocidos y pertenencia a una comunidad; 3) necesidad de contacto físico placentero: actividad sexual asociada a deseo, atracción y enamoramiento” (p. 1).
Yurss (2002) habla de las premisas básicas del modelo biopsicosocial, donde los diversos subsistemas del ser humano (biológico, individual, familiar, comunitario) mantienen una relación de influencia recíproca, de tal forma que afectan a la salud como a la enfermedad. La experiencia clínica, apoya la hipótesis que sostiene que las familias influyen en la salud de sus miembros y a su vez se ven influenciadas por ellas (Valencia, Rojas, González, Ramos y Villatoro, 1989). Combinando la atención individual con la familiar, se actuaría de forma eficaz sobre los problemas asistenciales. Es evidente que la práctica clínica que combina el enfoque biológico con el familiar aumenta sus recursos y eficacia.
Para acercarnos al enfoque de la familia en la actividad asistencial, Yurss (2002) ha tomado en cuenta que: “el foco principal de la atención sanitaria, es el paciente considerado en su contexto familiar, lo cual no significa enfrentar el enfoque individual con el familiar, sino entender a la persona como entidad biológica y emocional, explorando los factores familiares para ver hasta que punto inciden en la génesis de la enfermedad. La familia es la fuente principal de las creencias y pautas de comportamiento relacionadas con la salud, las tensiones que sufre a través de su ciclo evolutivo se pueden manifestar como síntomas, los cuales pueden ser la expresión de los procesos adaptativos del sujeto y ser mantenidos por las conductas familiares” (pág. 5). La familia es un factor fundamental para el estado anímico del ser humano, se acrecienta la atención cuando uno de los integrantes de la familia carece de salud o está sometido a un tratamiento médico. La estabilidad hacia el interior de la red social inmediata es de suma importancia, al estar satisfecha la familia con los cuidados del paciente, con la información necesaria, con la interacción adecuada en su organización, es muy probable que el paciente crónico se sienta protegido, y al realizar sus actividades cotidianas, puede establecer una independencia y un mejoramiento que se incremente gradualmente.
Fuertes y Maya (2002) exponen que las reacciones de las familiares ante una enfermedad crónica, por lo general se adaptan adecuadamente a la nueva situación, incluso son capaces de reorganizar sus lazos. Aseveran que son la minoría de los casos en la que el interior de la red social inmediata se ve diezmada al grado de desvanecerse (divorcio, separación). Jiménez (2002) sobre este punto menciona: “en primer lugar la familia debe planificar el futuro del enfermo y el de la propia familia, en segundo lugar preocuparse de sí mismo, además manifiesta la importancia de aprender a conocer los sentimientos propios, es decir, que el cuidador principal a menudo está abrumado y de poco le valen los consejos de otros familiares, las reacciones emocionales, los sentimientos en los que puede caer como consecuencia de convivir, atender y querer a su familiar enfermo, son variados” (p. 13).
 Describiendo la importancia de las redes sociales para los pacientes crónicos, se presenta a continuación el método con el cuál se condució el presente estudio.

Método
Tipo de estudio
Para establecer la descripción sobre cómo se vincula la familia como red social en el proceso de una enfermedad crónica, se recurre a la Teoría Fundamentada (Grounded Theory) para dicho propósito (Corbin y Strauss, 1990; Strauss y Corbin, 1994) y Pandit (1996) describe tres elementos básicos de la Teoría Fundamentada: conceptos, categorías y proposiciones.
Los conceptos se deben entender como unidades básicas del análisis, ya que de ésta conceptualización de datos, parte el desarrollo de la  teoría (Corbin y Strauss, 1990).  Las teorías surgen del análisis de los “datos crudos” (Pandit, 1996), estos eventos son potenciales indicadores de los fenómenos y se les asignan etiquetas conceptuales. Dichas etiquetas son el resultado de análisis de entrevistas que se han leído un número considerable de veces, posteriormente a cada oración se le asigna una etiqueta conceptual, esto da oportunidad al manejo práctico de la información. Las etiquetas se denominan códigos. Las categorías son definidas por Strauss y Corbin (1990) de la siguiente manera: las categorías están en un nivel más abstracto que los códigos, las categorías son “piedras angulares” del desarrollo de la teoría. Partiendo de estas categorías, también llamadas familias, se reúnen códigos en forma lógica. Las proposiciones, que son el resultado de relaciones generalizadas entre una categoría y sus códigos. Este tercer elemento originalmente fue llamado por Glasser y Strauss (1967) como “hacer hipótesis”, pero actualmente es conocido cómo “proposiciones”. Whetter (1989) menciona que la Teoría Fundamentada produce relaciones conceptuales y a partir de la elaboración de las proposiciones se va generando una teoría.
El desarrollo de los tres elementos, codificación, categorización y proposiciones, es un proceso que se repite con el propósito de producir confiabilidad y validez de los datos. La Teoría Fundamentada es una metodología totalmente inductiva, en la medida que se realiza investigación sistemática, se recolectan datos y se analizan, generando principios teóricos. Se gesta así, una teoría más completa sobre un tema determinado. Es importante señalar que los estudios se suspenden cuando las investigaciones se hacen reiterativas en sus datos y por esto hace afirmar que la teoría está verificada.
El proceso de la metodología de la Teoría Fundamentada se basa en cinco fases: 1. Diseño de investigación; 2. Recolección de datos; 3. Ordenamiento de los datos; 4. Análisis de datos, y; 5. Comparación con la literatura. Estas fases se llevan a cabo en nueve pasos, que son evaluados con cuatro criterios de investigación: validez de constructo, validez interna, validez externa y confiabilidad.

• Validez de constructo. Se produce estableciendo con claridad los procedimientos operacionales.
• Validez interna. Se produce cuando se establecen relaciones causales, de acuerdo con condiciones que muestran y se dirigen hacia otras condiciones, en medida que se distinguen las relaciones falsas. La validez interna resalta la credibilidad o “valor verdadero” de los hallazgos del estudio.
• La validez externa. Requiere el establecimiento de condiciones bajo las cuales los resultados obtenidos de un estudio pueden generalizarse. La generalización es analítica y no una generalización estadística. Requiere la generalización de un conjunto particular de resultados para una teoría más amplia y no para una población más amplia.
• Confiabilidad. Requiere una demostración de las operaciones de estudio (como los procedimientos de recolección de datos), se repiten con los mismos resultados.

Pandit (1996) expone nueve pasos para desarrollar la metodología de la Teoría Fundamentada:

Fase Diseño de Investigación. Paso 1
Revisión de la literatura técnica.- Definición de la pregunta de investigación y de constructos a analizar.
Paso 2
Selección de casos.- La selección no se realiza con criterios azarosos o por muestreo. Se elaboran sobre los casos que más información puedan brindar respecto a los criterios teóricos.
Fase Recolección de Datos. Paso 3
Desarrollo riguroso del protocolo de recolección de datos.- La creación de una base de datos sobre los casos de estudio. Se contemplan los métodos de colección de datos.

Paso 4
Introducción al campo.- Se realiza la recolección de datos a través de instrumentos de evaluación determinados por la programación de la investigación ya sea cualitativa o cuantitativa (Taylor y Bogdan, 1986).

Fase Ordenamiento de los Datos. Paso 5
Ordenación de los datos.- Los datos se ordenan a las necesidades analíticas de la investigación, como puede ser de manera cronológica, por ejemplo. El ordenamiento de datos surge a partir de lo observado en los datos, tratando de encontrar regularidades y orden (Taylor y Bogdan, 1986).

Fase Análisis de datos. Paso 6
Análisis de los datos.- Se desarrollan códigos, categorías y propiedades y se desarrollan conexiones entre las categorías.

Paso 7
Muestra teórica.- Se replican literal y teóricamente los estudios. De esta forma, se confirma, se extiende y se moldea el sistema teórico.

Paso 8
Cierre de la investigación.- Es cuando existe una saturación teórica. El proceso de investigación termina cuando el mejoramiento de la teoría llega a ser muy pequeño.

Fase Comparación con la literatura. Paso 9
Comparación con la literatura.- Se compara la teoría emergente con la literatura especializada en el tema existente en este momento para crear una mejora en la definición de constructos.

Interrelación de los procesos de Recolección de datos, Ordenamiento de datos y Análisis de datos, que edifican la Teoría Fundamentada

Figura 1.






La figura 1 expone de manera gráfica la propuesta realizada por Pandit (1996) sobre la Teoría Fundamentada. El proceso es circular y se tiene salida sólo cuando se consigue la información necesaria a través de los estudios, que producen lo que denominan como Saturación de la Teoría. La investigación realizada, sigue la metodología de la Teoría Fundamentada. Se estableció una serie de principios conceptuales, para dar pie al análisis de la importancia de la familia en el proceso de una enfermedad crónica.

Participantes
Criterio de inclusión: ser diagnosticado con insuficiencia renal crónica y disposición para ser entrevistado (las entrevistas fueron grabadas y los nombre fueron cambiados).

Participante 1:
Nombre: Luis
Edad: 72 años
Estado civil: Casado (40 años)
Hijos: 4
Insuficiencia renal crónica: diagnosticado hace 4 años
Participante 2:
Nombre: Jorge
Edad: 52 años
Estado civil: Casado (27 años)
Hijos: 2
Insuficiencia renal crónica: diagnosticado hace 4 años
Participante 3:
Nombre: Roberto
Edad: 56 años
Estado civil: Unión libre (30 años)
Hijos: 3
Insuficiencia renal crónica: diagnosticado hace 3 años

Técnicas de recolección de datos
La técnica utilizada para la recolección de los datos, fue la entrevista en profundidad. Es aquélla técnica para obtener información por medio de una conversación con una persona, implica un proceso de comunicación en el trascurso del cual los participantes –entrevistado y entrevistador– pueden influirse mutuamente. A diferencia de la observación que se da en escenarios naturales, la entrevista en profundidad requiere que el entrevistador participe activamente para obtener los datos que le interesan (Ochoa, 1995; Alvarez, 1998). La entrevista fue semiestructurada, que se basaron en tópicos preestablecidos para alcanzar el objetivo del presente estudio.
Procedimiento
Las entrevistas se realizaron en el interior de su hogar cuando los participantes reportaron tener privacidad y tiempo (poco más de 2 horas) para efectuar las entrevistas. Los participantes fueron informados sobre la grabación de las entrevistas y la condifencialidad de los datos, así como el uso de nombres ficticios. Se contactaron por medio del grupo de apoyo psicológico para pacientes con insuficiencia renal crónica del Hospital General Tacuba del ISSSTE, los participantes son parte de este grupo desde hace más de 9 meses.

Tratamiento de los datos
Se transcriben las entrevistas en el programa Word, se cataloga como archivo de formato “solo texto” para facilitar el análisis cualitativo con el programa de computadora Atlas-Ti (1997) para Windows, versión 4.1. El programa Atlas-Ti permite seleccionar una oración de cualquier tamaño y asignarle un código, como se describe en las fases de la Teoría Fundamentada. Las entrevistas fueron analizadas asignándole un código a cada oración con sentido, cada entrevista tiene como promedio 600 códigos. Se procede a revisar nuevamente las entrevistas en extenso, con los códigos y se generan un conjunto de familias o categorías. Las familias surgen a partir del análisis de la entrevista en función al objetivo de la presente investigación.

Las familias obtenidas fueron
• Amigos • Amigos Hospital • Apoyo de Red Social • Autodescripción • Enfermedad
• Escuela • Esposa • Estado actual de salud • Hermanos • Hijos • Independencia-Enfermedad • Infancia-Adolescencia • Noviazgo • Padres (personas que se hacen cargo en la infancia) • Padres biológicos • Perspectivas de Muerte • Relaciones Laborales • Relación con Cuerpo Médico • Relación Familiar-Enfermedad • Religión • Sexualidad
Discusión
Primeramente se resalta el valor sustancial de la metodología utilizada en este estudio. De acuerdo con la propuesta de Corbin y Strauss (1990) sobre la Teoría Fundamentada (Grounded Theory), se pudo realizar hacer un gran análisis cualitativo, extremadamente detallado, preciso y sistemático. Se observó cómo la participación en las redes sociales del individuo, es que establece una postura específica de interacción. La convivencia con el cónyuge, con los hijos, con los hermanos, con los otros, es que se construye y se reconstruye una forma particular de ser en cada contexto. A través de esta cotidianeidad, los padres reproducen un modo de interacción que tuvieron a su vez con sus padres y hermanos, y junto con el trato familiar habitual se cimienta lo que serán estilos de interacción con sus hijos (Vargas 2002).
Recordemos que el modelo de salud concibe al sujeto como un ser biopsicosocial, donde los factores psicológicos pasan a ser de alta prioridad en el modelo actual de salud. Los principales problemas de salud de nuestro tiempo, se relacionan estrechamente con las interrelaciones cotidianas del sujeto y sus diversos contextos (Jiménez, 2002). Por ello la importancia del presente estudio al destacar la relevancia familiar para el sujeto en el afrontamiento favorable de una enfermedad crónica.

La importancia de la red social
a través del vínculo y la diferenciación del self
El concepto de redes sociales de apoyo, corresponde a todas las relaciones significativas que establece el individuo en su vida (Ruiz, 1994; Alvarez y Puñales, 1988). Las redes sociales se conforman por: familia, amistades, compañeros de trabajo, personas de su comunidad como lo son vecinos y miembros de las instituciones asistenciales. Se ha reconocido gradualmente la importancia de la familia como un factor biopsicosocial que potencialmente es capaz de influir en la salud para mejorar la calidad de vida (Rojano, Bazán, Alcazar, Reynoso y Mercado, 2001). Para pacientes renales crónicos existe una alternativa si se quiere continuar con vida: la diálisis. Esta alternativa, es un parteaguas en sus vidas, abriendo un antes y después de la diálisis.
En la entrevista con Luis, se visualiza la vinculación sólida que mantiene con su con su familia actual, es tan fuerte el lazo afectivo que aunque tiene amistades, los visita esporádicamente por sentir que los miembros de su familia cubren la mayor parte de sus necesidades emocionales. Los comentarios que hizo de su infancia permite asegurar que, pese a que no tuvo el cuidado de sus padres por la muerte de ambos, sus tíos marcaron ese sentido de seguridad y mutuo cuidado entre los hermanos, así como la seguridad de poder desenvolverse en otros contextos a lo largo de su crianza y posteriormente al formar su propia familia (ver cuadro 1).
 


 

Según la teoría de Bowlby (1993), a través de las necesidades que cubren los cuidadores a los bebés se establece un vínculo que puede ser positivo o negativo. Cuando se establece un vínculo afectivo positivo, este lazo cubre necesidades básicas y se establece una seguridad, misma que permite que el sujeto pueda socializar de una forma satisfactoria, como ocurrió con el caso de Luis. En un caso contrario, con una vinculación afectiva negativa, se crean extraños lazos de dependencia conflictiva.
De acuerdo con la teoría de Bowen (1989), la diferenciación del self de Luis es alta, él pudo percibir su diagnóstico con objetividad, de no haber sido así, se hubiera encontrado con una alta probabilidad de caer en situaciones de confusión o de estrés excesivo. Evidentemente que se plateó la pregunta “¿qué va a ser de mí?” en varias ocasiones, antes y después de su intervención, pero esto no impidió que al día siguiente de la operación quisiera estar de pie. Aquí la confusión de Luis obedeció no a la diferenciación de su self, sino a la poca información sobre la naturaleza de su padecimiento, y al sentirse respaldado por su familia pudo librar favorablemente los pasos subsecuentes del proceso de su enfermedad.
En el caso Jorge, ocurre que la fortaleza que muestra (diferenciación del self alta) pudiera deberse a que es el único de los tres entrevistados que tuvo padres y que aún los conserva, esto conlleva una constante interacción de renovación e intercambio emocional (ver Cuadro 2).

Según la teoría de Bowen (1989), respecto de los perfiles de la posición entre hermanos, comprende las características de ciertos hijos que influyen sobre el crecimiento de sus hermanos, hay que recordar que Jorge es el primogénito y tal como dicta la teoría, si el hijo mayor tiene una diferenciación alta como Jorge, esto tendrá influencia sobre el desarrollo de los hermanos menores. Resalta Jorge que fue durante su juventud el guardián de los hermanos menores, lo que lo pone en una posición que le hace sentirse cómodo hoy en día al recordar que no se dejaba de nadie y defendía a sus hermanos pequeños: “yo cuidaba a mis hermanos”.
Las triangulaciones también se ven inmersas en el caso Jorge, ya que como indica Bowen (1989) los triángulos se multiplican en una familia con varios miembros y estos triángulos trabajan de tal forma que la familia, se brinda apoyo emocional dependiendo del tipo de problema que padezcan. Se reitera que Jorge, pese a la incertidumbre que debió sentir por estar próximo a una operación, se sabía cobijado por su familia actual y su familia de origen.
Con Roberto la vinculación se dio más fuerte con su padre y con su tía quién lo cuidó tras la muerte de su madre. Con sus hermanos y medios hermanos, el vínculo afectivo se estableció de manera irregular, con algunos fue positiva, tal es el caso de su media hermana, mientras que el resto de los hermanos y medios hermanos la vinculación fue negativa con el padre. Esto genera en Roberto, la necesidad de establecer vínculos sólidos, a lo que Bowen (1989) señaló como sistema emocional, cuando se proyecta en uno de los hijos. Roberto lleva la consigna de su padre: “tener todo en orden” y “unión familiar” (ver Cuadro 3).
Respaldados en la teoría de Bowen, podemos señalar que Roberto tiene una diferenciación del self más baja con respecto de los otros entrevistados, ya que desde antes del diagnóstico Roberto dio señales de un gran estrés y confusión extrema. Aunado a la incomprensión de la naturaleza del padecimiento al inicio de su enfermedad, hicieron de los primeros seis meses, un largo camino de incertidumbres y expectativas de muerte desfavorables. A su vez se relaciona con lo que Montes y Bayle (2002) argumentaban sobre el autoconcepto del paciente, que se ve dañado ante la inserción del catéter y crea aislamiento y frustración.

Roberto menciona su actual dinámica conyugal, que desde su operación duerme separado de su esposa. Aquí el sistema emocional sirve para designa patrones emocionales de forma triangular, ya que gradualmente Roberto se acerca a su esposa en medida que los hijos y la información del cuerpo médico entra en su relación marital como un tercer elemento. Roberto actualmente se siente más libre dentro de su banda de comodidad.
Jiménez (2002) argumenta que la red social favorece las actividades cotidianas que se relacionan con la calidad de vida, la red social ayuda a establecer actividades positivas para el sujeto. Teniendo un sistema de apoyo como red social sólida, la vulnerabilidad a las enfermedades es muy baja y la posibilidad de recuperación en cualquier enfermedad es mayor que cuando la persona no cuenta con redes sociales constantes. Cano (2002) menciona sobre las redes sociales y el vínculo afectivo, que ese vínculo le sirve como soporte para desarrollarse en el mundo donde se desenvuelve, así como dar sentido a sus relaciones: “el ser humano tiene la  tendencia a conseguir la unión, la intimidad y el placer de las relaciones que se manifiestan en tres necesidades fundamentales: a) necesidad de establecer vínculos afectivos percibidos como incondicionales y duraderos: el apego. Otra necesidad es, disponer de una red de relaciones sociales: amigos, conocidos y pertenencia a una comunidad. Además de la necesidad de contacto físico placentero: actividad sexual asociada a deseo, atracción y enamoramiento” (pág. 1).

Expectativas de muerte
en la insuficiencia renal crónica
Esta fase pudiera ser la más trascendental para los pacientes con insuficiencia renal crónica. Es un hecho inevitable que dentro del ciclo del ser humano se cierra con dejar de vivir, la vida de los seres humanos lleva un ciclo constante: nacer, crecer, reproducirse y morir. Alvarez (1998) argumenta que: “indudablemente, el reconocimiento del hombre de su condición de mortal es un hecho que siempre le ha causado temor y dolor porque lo separa de sus seres queridos y pone fin a su propia existencia. Lo que ha cambiado es la forma en que el ser humano se ha adaptado a la ineludible realidad de la muerte y esto lo hace en función de la cultura en que vive” (pág. 9-10). La “dificultad” de la muerte se amplía porque a lo largo de su existencia, el sujeto crea vínculos afectivos como le permiten sus redes sociales.
Bowen (1989) propone dos formas de pensamiento que denomina sistemas “abiertos” o “cerrados”, donde en función con el grado de diferenciación del self, el sujeto es capaz de comunicar un alto porcentaje de pensamientos íntimos, sentimientos y fantasías con respecto a su muerte. Hay que resaltar que ninguna persona puede establecer un sistema totalmente abierto, pero se puede hablar de un “sistema abierto saludable”, cuando con cierto grado de apertura el individuo comunica sus pensamientos ante el hecho de que puede morir. Se relaciona estrechamente con el autoconcepto y se nutre de la percepción de personas significativas del entorno social, donde el paciente influye en ellas con su participación, esto fortalece la autoestima del paciente. En medida que avanza la enfermedad, el paciente adquiere expectativas distintas con respecto a un futuro útil para él y los suyos (Flores y Vega, 1992; Ibancovichi, 1994; Guerrero, 2001).
Bowen (1989) asegura que el sistema emocional de cualquier sujeto se ve más abierto en el noviazgo, lo que deriva de este vínculo el matrimonio. De ahí que la pareja sea a quien se proteja fehacientemente desde la perspectiva del sujeto. La importancia del profesional experto al actuar como un tercer elemento en una relación marital y auxilia en esta etapa crucial para replantear una apertura de su sistema emocionalmente cerrado.
En las tres entrevistas realizadas, se observó cómo fue cambiando el nivel de dependencia a sus familiares conforme transcurre el tiempo. Para los tres entrevistados resultaba incómodo que les cuidarán “demasiado”, ya que se sentían sobreprotegidos y esto disminuía la probabilidad de su interacción de manera regular.

Reflexiones finales
Los miembros de las redes sociales cubren necesidades emocionales del sujeto, eso queda fuera de toda duda. Como se ha insistido la interrelación entre los contextos y el sujeto es lo que favorece la relación con los demás. Cabe hacer mención que al ser parte del cuerpo de salud del área psicológica, es que surge la inquietud de estudiar más a fondo el papel de las redes sociales donde se encuentran también los psicólogos.
Para el quehacer de la psicoterapia, es necesario establecer primeramente la importancia del aspecto psicológico para el bienestar del paciente. En la psicoterapia el sujeto enfrenta sus expectativas, materializadas en otro sujeto con su misma enfermedad, esto da la posibilidad de abrir un panorama de su condición actual y del balance entre sus habilidades y los puntos donde necesita la ayuda de sus redes sociales. El psicólogo tiene que supervisar las etapas por las que atraviesa cada uno de los participantes del grupo, no obstante, cuando se ha establecido un buen principio en este tipo de psicoterapia, surge lo que Jiménez (2002) argumenta, que la red social ayuda a establecer actividades positivas para el sujeto: rutina de dieta, de ejercicios, de sueño, de seguimiento de tratamientos médicos, etcétera. Al tener un grupo de pacientes con insuficiencia renal crónica, se debe entender como sistema de apoyo, como una red social sólida, donde la vulnerabilidad ante las enfermedades pudiera ser mínima y la posibilidad de recuperación en cualquier enfermedad es mayor que cuando la persona no cuenta con redes sociales consistentes.
Un grupo de apoyo psicológico, debe ser un punto de partida para el paciente, donde se le da espacio a su voz. Es necesario la revisión de estudios donde se conciba el manejo de grupos como una red social de apoyo, así como la valoración de las técnicas utilizadas en ellas, que pudieran surgir de interés para una mayor efectividad en psicoterapias.

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