UNAM
Ir a UNAM

Notas para el estudio de Endodoncia

PROFESOR DR. RICARDO RIVAS MUÑOZ
SEMESTRE LECTIVO 2013 - 1 / 2

FES Iztacala
 

APOYO ACADÉMICO POR ANTOLOGÍAS

UNIDAD 1. Introducción al Estudio de la Endodoncia
4a. sección: Ética, deontología, bioética y axiología en endodoncia
ENGLISH VERSIONUSAGB

CONTENIDO GENERAL DEL CURSO
CONTENIDO DE LA UNIDAD
BIBLIOGRAFÍA DE ESTA UNIDAD
ARTÍCULOS CONSULTADOS
PALABRAS CLAVE
BackANT . SIG Next
 
 
Instructivo para la navegación en este sitio
 

Escucha la lectura de esta página

Ve el video de esta página::
 
 
 
 
 
Contenido de la Unidad
 
 
 
Palabras clave:
 
 
GLOSARIO ENDODÓNTICO
 
 
Sitio espejo
 
 
ir a INICIOTOP
 
Primera publicación:
24-04-2000
Ultima revisión:
5-06-2013

Enfermedad, enfermo, clínica, médico (Alvarez, Matiella)

La enfermedad, a diferencia de otros males que ocurren en la vida del hombre, aparece como una alteración que inficiona a la persona internamente, en su ser. El transcurrir biográfico humano está marcado por el signo de la búsqueda de la plena realización. Si hay una manera de caracterizar la vida del hombre en aquello que tiene de más personal y específico, sería precisamente en tanto que proyecto en vías de realización o felicidad. Dentro de este proyecto, la enfermedad se sitúa como una intrusa que repentinamente irrumpe en la vida personal. En este contexto, la enfermedad es percibida como una amenaza que coarta, en mayor o menor grado, la realización del proyecto personal de la persona enferma, y si se vislumbra grave, será vivida como un desgarramiento El desmoronamiento de la persona enferma es sufrido como un despojo, una violencia impuesta, una contrariedad a lo que hasta ese momento era lo más querido para esa persona. La raíz de ese sufrimiento no es psicológica ni orgánica, es moral; se puede llamar muy propiamente sufrimiento moral. Ese sufrimiento no se aplaca con ningún bien sensible, porque su causa no es la pérdida de un bien sensible, sino la pérdida de un bien moral; esto es, un bien en orden a la plena realización como persona.

Por esto el enfermo, en los inicios de la enfermedad, no puede evitar el sentirse infeliz al ver comprometida su realización plena, al ver que se postergan o truncan sus proyectos que constituían su felicidad en vías de realización. Para superar en mayor o menor grado este impacto emocional, se requiere del paciente un reordenamiento intelectual y afectivo. El médico, si el paciente es incapaz de ello, debe auxiliarlo para que comprenda el aspecto moral o espiritual del sufrimiento humano y transite de un sufrimiento al que no le encuentra sentido, a un estado en que el paciente entiende el sentido de ese sufrimiento, y con él, el sentido de su propia existencia

La palabra clínica procede del sustantivo griego klíne, que significa lecho, cama. Este nombre, a su vez, procede del verbo klíno, cuyo sentido es el de acostar, yacer, caer, recostarse, apoyarse, etc. De él provienen los vocablos castellanos inclinar y reclinar, que traducen perfectamente el sentido de klíno. También se derivan de él otras palabras, como triclinio (lecho inclinado, con capacidad para tres personas, en que los griegos y romanos se recostaban para comer).

Para los antiguos hipocráticos el médico es un ser que representa el orden de la salud ya que, en cuanto poseedor de un saber especial expresa lo verdadero; en cuanto representante del orden natural y moral expresa lo bueno y, al conjugar en su persona lo verdadero y lo bueno, expresa lo bello. Por otro lado, si el médico se muestra amable, cordial y comprensivo, a pesar de la actitud de rechazo del paciente, se puede mejorar la relación hasta lograr que se haga idónea. Es necesario establecer una relación amable y cordial, incluso intentar ponerse en el lugar del enfermo –empatía para así comprenderlo mejor. Esto no implica que el médico participe o comparta emocionalmente en el dolor o sufrimiento del paciente -esto ya lo hacen sus familiares y amigos-, sino ayudarle a resolver su situación. El hecho de que el médico asuma la carga emocional de los sufrimientos de los enfermos llegaría a constituir una carga insoportable y nada benéfica para el ejercicio de la medicina.

Hay varios factores a tener en cuenta en la relación médico- paciente. Por un lado están los factores generales intervinientes en cualquier relación humana, podríamos pensar que no es que dos sujetos se relacionen entre ellos, sino que hay algo que los pone en relación. En este caso, es la Medicina la que pone en relación al médico y al paciente. Por otro lado, estarían los factores específicos de esta relación. (Dra. Alejandra Menassa de Lucia. Psicoanalista. Médico Especialista en Medicina Interna)

Veremos algunos elementos fundamentales que se ponen en juego:

1) La transferencia:

Tenemos que tener en cuenta que el paciente ya trae una relación previa con La Medicina y con los médicos. Es decir, que va a “transferir” al actual encuentro todas esas experiencias, prejuicios, relatos, lecturas, etc, anteriores.

Por eso es importante, que si el paciente muestra desconfianza, el profesional no crea que esa desconfianza es hacia él. El paciente no conoce aún a ese médico y por tanto es imposible que la desconfianza se dirija a él. Podíamos decir que el paciente tiene que atravesar ese camino entre su relación fantasmática, imaginaria, que él trae hecha de casa, con el médico y la actual relación nueva, que se va a establecer.

La confianza “hay que ganársela”, no está dada. El paciente inicialmente, no tiene porqué confiar en el médico. Aunque también es cierto, que si un paciente acude a la consulta, es que algo de confianza tiene, si no, no acudiría. Son más importantes los hechos (acude) que las palabras (manifiesta desconfianza). Esto nos permite entrar en otro relevante tema:

2) La escucha.

La escucha, como hemos podido observar, no se limita a escuchar las palabras del paciente, a cómo escuchamos al paciente: por ejemplo: sus actos son una manera de decirnos algo, o si demuestra una actitud hostil en la primera consulta, no hemos de tomárnoslo como algo personal… Si el paciente se siente escuchado, ya se ha establecido la relación. En realidad, es lo único que el paciente desea: ser escuchado.

Con respecto a esta cuestión de darle más importancia a los actos que a las palabras, también tenemos que tener en cuenta que no es todo tan fácil como que el paciente viene a curarse, nos solicita ser diagnosticado y curado y colaborará en todo con el tratamiento. Este sería el paciente ideal que todo médico imagina, pero posiblemente no exista.

Su propia curación, el paciente la puede llegar a vivir como un don, como un regalo, y no dará este don o regalo a cualquiera. Hay pacientes que se curan con un médico y con otro no, a pesar de que se administró el mismo tratamiento farmacológico. Y esto no depende de la eficacia del médico, sino de las atribuciones del paciente.

Además de establecer una relación particular con el médico, el paciente tiene una relación también con su enfermedad. En ocasiones, aunque la demanda consciente es curarse, inconscientemente el deseo es otro: mantenerse en el rol de enfermo.

La enfermedad exime al paciente de enfrentarse a veces con verdades dolorosas para él, o con la realidad exterior, hostil. Algo en él se resiste a entregarle al médico la curación.

 

ir a INICIOTOP

hits counter

 
CONTENIDO GENERAL DEL CURSO
CONTENIDO DE LA UNIDAD
BIBLIOGRAFÍA DE ESTA UNIDAD
ARTÍCULOS CONSULTADOS
PALABRAS CLAVE
BackANT . SIG Next
     
Estás en territorio PUMA
dr.ricardo.rivas@gmail.com
     
                                                                                                                                               powered by FreeFind
©2008 Diseño: RRM