El acceso se logra siempre a través de la superficie oclusal de todos los dientes posteriores. La trepanación inicial se efectúa paralela al eje longitudinal del diente en el centro preciso del surco central de los premolares inferiores.
Se emplea la fresa num 4 redonda de longitud normal para abrir la cámara pulpar. Se sentirá que la fresa "cae" cuando se llega a la cavidad pulpar. Si la cámara está calcificada no se siente la "caída". Al retirar la fresa, el orificio se ensancha en sentido vestibulolingual hasta el doble de la anchura de la fresa para permitir la exploracion de los orificios de los conductos.
Se utiliza un explorador endodóntico DG16 para localizar el conducto central. La tensión del mango del explorador contra las paredes de la preparación indicará la magnitud y el sentido de la extensión necesaria.
Desde el interior de la cámara pulpar hacia afuera se emplea la fresa redonda num 2 o 4 para extender la cavidad en su dimensión vestíbulolingual, eliminando el techo de la cámara pupar.
La extensión vestíbulolingual y el terminado de la cavidad se concluyen con una fresa de fisura
La preparación final ovoide es un embudo convergente desde la parte oclusal hasta el conducto, lo que permite el libre acceso hacia el conducto. No deberá haber estructura dentaria sobresaliente que impida el control total de los instrumentos ensanchadores.
La forma del contorno ovoide vestíbulolingual de la cavidad refleja la anatomía de la cámara pulpar y la posición del conducto localizado en el centro. La cavidad debe ser lo bastante grande para permitir la penetración de los instrumentos y los materiales de obturación necesarios para ensanchar y obturar los conductos. La exploración adicional en este momento revelará el orificio de algún conducto adicional, sobre todo un segundo conducto en el primer premolar. La forma del diseño de la preparación final será idéntica para los dientes de reciente erupción que para los dientes "adultos"