SANTA APOLONIA

PATRONA DE LOS DENTISTAS

Festividad: 9 de febrero

"Hemos pasado de las novenas a Santa Apolonia a los implantes de titanio" Díaz, Margarita viatusalud.com

"Apolonia". Procede de las mismas raíces que Apolinar, es decir, de Apolo, divinidad greco-romana polifacética y multiforme, padre del dios de la medicina, Asclepio; dios de la luz del sol y de la claridad, protector de las artes y de la belleza. Se apunta como etimología posible, que sea un compuesto del prefijo apo (apó), lejos, más ollumi (ól.lymi), al parecer, que nos daría como significado global "el que aleja la muerte", apelativo dado a Apolo en agradecimiento por haber salvado a Atenas de una peste. Existen otros intérpretes que lo relacionan con el verbo apollumi (apól.lymi), destruir, y también con la voz germánica Apfel, manzana. Es tal la fama de esta divinidad, que su nombre dio lugar a multitud de derivados, entre ellos: Apolíneo, Apolino, Apolodoro, Apolófanes, Apolonio, Apolinar, Apolinarfo y el más difundido de todos, Apolonia, nombre de 18 ciudades de la antigüedad y nombre también de mujer.

Historia o leyenda.

En tiempos del Imperio Romano, bajo el régimen del emperador Filipo, El Árabe, se llevan a cabo persecuciones, torturas y asesinatos contra los cristianos y su religión. Surgen también, muchos mártires porque eran creyentes de la fe que profesaban y preferían entregar su vida antes que renunciar a Cristo Jesús.

Los Padres de la Iglesia ante esta situación mantenían comunicación unos con otros mediante cartas y es en una de ella que se conoce de una mujer llamada Apolonia, quien era hermana de un eminente magistrado de Alejandría. Mujer virgen de avanzada edad que siempre se caracterizó por las virtudes de castidad, piedad, caridad, austeridad y limpieza de corazón. El Obispo de Antioquía, Fabio, recibió una carta de parte de San Dionisio, Obispo de Alejandría donde explicaba la terribles persecuciones dadas en la ciudad de Alejandría.

El gobernador de Alejandría influenciado por un adivino que se hacía llamar Divino, ordenó injustas represalias contra los cristianos y su religión, ya que según el adivino, ellos atentaban contra el Imperio y por consiguiente su monarca. Este adivino azuzó a las turbas paganas provocando muerte y destrucción a los cristianos que allí vivían.

En una de esas pesquisas, capturaron a Santa Apolonia y la sometieron a horribles torturas para que dijera lo que ellos le ordenaban que eran una serie de improperios y blasfemias contra Cristo. Al negarse, la turba se enojó y un despiadado perseguidor cristiano le lanzó un poderoso golpe a la cara rompiéndole de esta forma sus dientes que se le cayeron en pedazos. La Santa, con la cara sangrienta, no escuchó ni obedeció a sus torturadores y éstos en vista que no conseguirían nada decidieron amenazarla con una enorme hoguera a las puertas de la ciudad, proponiéndole que si no rechazaba a Cristo, sería quemada atada a un palo. Exhausta, Santa Apolonia, hace suponer que iba pensar lo que se le proponía y les pide que le desataran las manos para elevar sus últimas plegarias al cielo. Los soldados lo hacen y en menos de lo esperado Santa Apolonia salta por voluntad propia a la hoguera ardiente para evitar renunciar a su amada religión. Mientras tanto, la Santa les decía que cuando sufrieran de problemas y dolencias dentales, invocaran su nombre, pues ella intercedería ante el Todopoderoso para aliviar sus penas. De esta manera ofrecía su dolor propio por el de quién pudiese sufrirlo después.

Los perseguidores junto al gobernador quedaron atónitos al ver que a pesar del fuego, las llamas no la consumían ni le hacían daño alguno, al verlo trataron incansablemente de golpearla para que muriera, pero la mano del Altísimo la protegía. Finalmente fue degollada.

Aún cuando en la carta se habla de una mujer madura, al ser representada, su imagen en frescos, pinturas o esculturas, se representa como una joven y hermosa virgen, que sostiene en su mano un fórceps con una molar extraída. Otros artistas la describen con un diente dorado colgado de su cuello.

A pesar que la Santa era de oriente, la iglesia occidental es quien la venera, no así la iglesia de oriente, ya que interpretan el acto de valentía de Santa Apolonia como un acto suicida. Pero es San Agustín quién nos explica años más tarde, que se trató de un acto invocado por el Espíritu Santo lo que llevó a esta Santa a comportarse así.

Su muerte se dio en el año 249, siglo III D.C., pero no fue sino hasta 50 años después que la canonizaron. Su día de veneración es el 9 de Febrero(1,2,3,4,6) y se le considera la Santa Patrona de los Odontólogos y de las Enfermedades Dentales. De allí que sea invocado su nombre cuando hay un dolor de muelas.

Narrada esta historia por Eusebio de Cesárea (Historia Ecclesiastica, VI) pasó después a los martirologios, incluyéndola Floro el 20 de enero y Adón y los demás el 9 del mismo mes. Su culto litúrgico y popular comenzó a extenderse en Occidente a finales del s. XIII, alcanzando su plenitud durante los s. XV a XVIII, estando atestiguado, además de por los libros litúrgicos, por numerosas tradiciones populares y una abundante y rica iconografía. Era la abogada contra los dolores de muelas, patrocinio que se debe a la forma de su martirio y también a la influencia ejercida por el Thesaurus pauperum del Papa Juan XXI, en uno de cuyos capítulos, De dolore dentium et gengivarum, se añadió: «Fue concedido a S. Apolonia virgen, que aquellos que la invoquen no tengan dolor de dientes durante todo el día».

Sus reliquias se encuentran repartidas en varias iglesias de Roma, en la catedral de Plasencia, en la iglesia de S. Roque de Lisboa y en otras diversas iglesias europeas. Pero su número es tan elevado (existen más de 500 dientes) que la mayor parte de ellas son falsas o sospechosas. La iconografía de Santa Apolonia es interesante para los estudiosos de la historia de la técnica dentaria, permitiendo observar la evolución de los fórceps dentales desde el siglo XIV.

BIBLIOGRAFÍA

  • BUTLER, Vidas de los Santos. Vol. I, enero-febrero-marzo, 2a. edición. Traducción al español, Guinea, Collier´s Internationes, Clute, S.A. México, D.F., 1964.

  • canalsocial.net/biografia/biografiacontenido.asp?nom=APOLONIA,%20SANTA

  • DANDEL RUIZ BUENO, Acta de los Mártires. 2a. edición. Biblioteca de autores cristianos. De. Católica, S.A., Madrid, pág. 602, 1993.

  • FLICHE-MARTIN, Historia de la Iglesia, El nacimiento de la iglesia. Vol. I, EDICEP, Valencia, España, 1978.

  • HERBERMAN, PACE, SHAHAN, The Catolic Encyclopedia. Vol. 1, A - Assize, pág. 617, 1907.

  • JABLONSKI, Diccionario Ilustrado de Odontología. Editorial Médica Panamericana. pág. 1033, 1992.

  • JUSTO Y RAFAEL MA. LOPEZ-MELLUS, (sacerdotes). El Santo de cada día. -Febrero- Apostolado Bíblico. Sevilla, España. págs 19 - 20.

  • LERMAN, Historia de la Odontología y su Ejercicio Legal. Editorial Mundi, Argentina. pág. 27, 1964.

  • Miranda W. Grace. D.D.S., DentalWorld.com


Basado en el juramento  hipocrático original y cambiándole la palabra Médico por la de Odontólogo y además anexando Santa Apolonia,  el juramento del Odontólogo rezará de la siguiente manera, según propone el Dr. CARLOS ALBERTO ACEVEDO RODRÍGUEZ, COLOMBIA.

JURO POR APOLO, MEDICO, POR ESCULAPIO, HYGIEA, PANACEA Y POR TODOS LOS DIOSES, DIOSAS Y A SANTA APOLONIA PATRONA DE LOS ODONTÓLOGOS, QUIENES PONGO POR TESTIGOS DE LA OBSERVANCIA DEL SIGUIENTE JURAMENTO, QUE ME OBLIGO A CUMPLIR LO QUE OFREZCO CON TODA MI FUERZA Y VOLUNTAD.

TRIBUTARE A MI MAESTRO DE ODONTOLOGÍA EL MISMO RESPETO QUE A LOS AUTORES DE MIS DÍAS, PARTIENDO CON EL MI FORTUNA Y SOCORRIÉNDOLE SI LO NECESITASE; TRATARE A SUS HIJOS COMO A MIS HERMANOS, Y SI QUISIERAN APRENDER LA CIENCIA, SE LA ENSEÑARE DESINTERESADAMENTE Y SIN NINGÚN GENERO DE RECOMPENSA.

INSTRUIRÉ CON PRECEPTOS, LECCIONES ORALES Y DEMÁS MODOS DE ENSEÑANZA A MIS HIJOS, A LOS DE MI MAESTRO Y A LOS DISCÍPULOS QUE SE ME UNAN BAJO EL CONVENIO Y JURAMENTO QUE DETERMINA LA LEY ODONTOLÓGICA, Y A NADIE MAS.

ESTABLECERÉ EL RÉGIMEN DE LOS ENFERMOS DE LA MANERA QUE LES SEA MAS PROVECHOSO SEGÚN MIS FACULTADES Y ENTENDER, EVITANDO TODO MAL Y TODA INJUSTICIA, NO ACCEDERÉ A PRETENSIONES QUE SE DIRIJAN A LA ADMINISTRACIÓN DE VENENOS; NI INDUCIR A NADIE SUGESTIONES DE TAL ESPECIE; ME ABSTENDRÉ IGUALMENTE DE APLICAR TRATAMIENTOS EMPÍRICOS. PASARE MI VIDA Y EJERCERÉ MI PROFESIÓN CON INOCENCIA Y PUREZA. NO EJECUTARE LA TALLA DEJANDO TAL OPERACIÓN A LOS QUE SE DEDICAN A PRACTICARLA.

 EN CUALQUIER CASA QUE ENTRE NO LLEVARE OTRO OBJETO QUE EL BIEN DE LOS ENFERMOS; LIBRÁNDOME DE COMETER VOLUNTARIAMENTE FALTAS INJURIOSAS O ACCIONES CORRUPTORAS Y EVITANDO SOBRE TODO LA SEDUCCIÓN DE LAS MUJERES O DE LOS HOMBRES, LIBRES O ESCLAVOS.

GUARDARE SECRETO A CERCA DE LO QUE OIGA O VEA EN LA SOCIEDAD Y NO SEA PRECISO QUE SE DIVULGUE, SEA O NO DE DOMINIO DE MI PROFESIÓN, CONSIDERANDO EL SER DISCRETO COMO UN DEBER EN SEMEJANTE CASO.

SI OBSERVO CON FIDELIDAD MI JURAMENTO, SÉAME CONCEDIDO GOZAR FELIZMENTE DE MI VIDA Y MI PROFESIÓN, HONRADO SIEMPRE ENTRE LOS HOMBRES; SI LO QUEBRANTO Y SOY PERJURO CAIGA SOBRE MI LA SUERTE CONTRARIA

 


 

Investigador y creador de esta página:

Dr. Ricardo Rivas Muñoz. 

Prof. Asociado B T.C.

FES Iztacala UNAM

Cualquier comentario o aportación para completar el contenido será agradecido en

rivasmr@prodigy.net.mx


IGLESIAS

Parroquia de Santa Apolonia, Delegación Azcapotzalco, Ciudad de México

Catedral de Santa Apolonia, Lima, Perú

                                                 

  

        

   

 

 

          

 

 

 


 

 

  ORACIONES Y PLEGARIAS A  SANTA APOLONIA

 

 

Elevando sus últimas plegarias al cielo,  Santa Apolonia ofreció su sacrificio a Dios con las siguientes palabras:

"Que aquellos que hagan memoria con devoción de la intensidad del dolor que sufro ahora, no sientan más los dolores de dientes".

En el Quijote se menciona a Santa Apolonia y su oración a la que alude el Bachiller Sansón Carrasco. Dice Rodríguez Marín, al que menciona Castillo que fue su discípulo, que aquella oración es la que ha llegado hasta nuestros días (Oh, Dios, por cuyo amor la bienaventurada virgen y mártir Santa Apolonia sufrió con tanta constancia que la arrancasen todos los dientes; suplicámoste nos concedas que todos aquellos que imploran su intercesión sean libres de males de dientes y de cabeza; y después de las miserias de este destierro, les otorguéis la gracia de que arriben á los gozos eternos de la patria celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, ...), pero con la variante de que el encuentro no es entre Santa Apolonia y Jesús sino entre Apolonia y la Virgen María. Se trata de una mezcla de superstición y religión (sincretismo religioso), siendo más bien un ensalmo que una oración. Dice así:

Estaba Santa Polonia
en la puerta de su casa;
la Virgen pasó y le dijo:
¿Qué haces Polonia de mi alma?
Aquí estoy Señora mía,
no duermo sino velo,
que de un dolor de muelas
dormir no puedo.
La Virgen le dijo: Agárrate
de este niño reluciente
que tengo en mi vientre
y jamás te dolerán
ni muelas ni dientes.

En Francia, en el "Carnet de Saucergues" que poseía un guarda de caza de la región de Cher (Francia), procedente del siglo XIX, se recogían numerosas oraciones y sus variantes que habían ido pasando tradicionalmente de padres a hijos y remedios populares para curar las enfermedades de los dientes. Muchos de ellos parecen tomados de un libro más antiguo: El médico de los pobres. Una de ellas, después de rezar la oración de Santa Apolonia, recomendaba hacer el signo de la cruz sobre la mejilla dolorida y al poco tiempo debía de curar o calmarse el dolor.

Ambrosio Paré, el renombrado cirujano francés recomendaba colocar un diente de ajo caliente sobre el diente y otro en la oreja de ese lado ("Medicina y Cirugía de pobres") además de una oración a Santa Apolonia o un conjuro de este tenor: "Diente, yo te conjuro en nombre de Dios vivo que no hagas mal a....como la lanza hizo en el costado de Nuestro Señor". Y luego tres Padre Nuestros y 3 Avemarías.

En la mayoría de las regiones de la Iglesia occidental se encuentran iglesias y altares dedicados en honor de Santa Apolonia, pero no se la venera en ninguna iglesia oriental, aun cuando sufrió en Alejandría.
San Agustín explica por que razón anticipó su muerte. El santo supone que obró por una dirección particular del Espíritu Santo, porque de otra manera no sería lícito hacerlo; nadie puede apresurar su propio fin.
Se la invoca contra el dolor de muelas y todas las enfermedades dentales, y se la presenta con un par de pinzas que sostienen un diente o si no, suele distinguirse por un diente de oro pendiente de su collar.


"Santa Apolonia intercede por nosotros, para que no cedamos ante el paganismo actual que nos arrastra y nos quiere seducir. Que tu ejemplo y el de los otros mártires nos de fuerza para ser fieles a nuestro Señor Jesucristo".

Otros aconsejan para calmar el dolor de muelas, que hay que decir tres veces, trazando la señal de la cruz sobre la parte afectada:

"Ea, Santa Apolonia, ea, Santa Apolonia, líbrame por favor de este tormento!"

Otra oración para el alivio de dolencias dentarias reza:

"Oh Dios, que entre los maravillosos efectos de vuestro poder habéis hecho obtener la victoria del martirio al sexo más débil, haced, os suplicamos, que celebrando el nacimiento al cielo de vuestra virgen y mártir Santa Apolonia, nos aprovechemos de sus ejemplos para marchar por el camino que conduce a Vos. Por J. C. N. S. Amén."