Universidad Nacional Autónoma de México Campus Iztacala
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Revista Electrónica de Psicología Iztacala
Vol. 6 No. 1
enero de 2003

TERAPIA ERICKSONIANA: ALGUNAS DE SUS CARACTERÍSTICAS TEÓRICO-METODOLÓGICAS MÁS IMPORTANTES
Jaime Montalvo Reyna1 y Rocío Soria Trujano2
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores
Plantel Iztacala



 
 

RESUMEN
En el presente trabajo se incluyen algunos aspectos del trabajo de Milton Erickson que mencionan algunos autores tales como Haley, Beahrs, Kershaw, Gordon y Meyers, y Rosen, destacando en él la concepción del ser humano como fuente de recursos y capacidades; el trance hipnótico para inducir al paciente al cambio deseado; la consideración de la etapa del ciclo vital por el que atraviesa el paciente; la utilización del síntoma, de la postura y del lenguage del paciente; el trabajo con el inconsciente partiendo de que los síntomas aparecen cuando las personas utilizan repetidamente el mismo estado de conciencia, entre otros aspectos. Se describe además la propuesta de Grinder y Bandler de Programación Neurolingüística basada en el enfoque ericksoniano.

Descriptores: Hipnosis ericksoniana, Programación Neurolingüística
 
 




Abstract

In the present work, some aspects of Milton Erickson work are included. They refer to some other authors such as Haley, Beahrs, Kershaw, Gordon and Meyers, and Rosen, emphasizing human being conception as source of resources and capabilities; the hypnotic trance to induce the patient to the desired change; consideration of the vital cycle's phase the patient is going thry; symptom use, language and posture of the patient; the work with the unconscious based on the fact that symptoms appear when people use repeatedly the same state of conscience, among other aspects. It is described, beside, the Grinder and Bandler Neuro-Linguistic Programming proposal, based in the Ericksonian approach.

Key words: Ericksonian hypnosis, Neuro-Linguistic Programming
 
 
 

    Profesor Titular "A" Def. T.C. UNAM Iztacala. Psicología Clínica  mrj@servidor.unam.mx

2 Profesora Titular "A" Def. T.C. UNAM Iztacala. Psicología Clínica. maroc2@prodigy.net.mx  Tel. CUSI 623-1382
 
 

Este enfoque terapéutico obviamente surge de los trabajos de Milton H. Erickson, psicólogo y psiquiatra estadounidense, conocido más por su labor en el campo de la hipnosis en un principio, y actualmente reconocido como uno de los personajes más influyentes en el campo general de la terapia y en particular en la terapia familiar sistémica. Gracias a autores tales como Haley (1991); O'Hanlon (1993); Rosen (1991), y Zeig (1992), el trabajo terepéutico de Erickson se ha empezado a difundir de una manera considerable, cada uno de ellos resalta lo que a su juicio caracterizaba el trabajo del Dr. Erickson, por ejemplo Haley (1991) enfatiza los siguientes aspectos:
1) aliento a la resistencia: la terapia familiar y matrimonial de Erickson suministra muchos ejemplos en los que las intervenciones terapéuticas pueden referirse a un origen hipnológico y, particularmente, el aliento a la resistencia. Por regla general, señala Haley, cuando Erickson trabajaba con una pareja o una familia, utilizaba un enfoque secuencial: les pedía que hicieran algo deliberadamente -en general algo que ya estaban haciendo- y después solicitaba un cambio espontáneo o bien, este cambio ocurría como consecuencia de haber alentado la conducta habitual. En muy pocas oportunidades decía a la pareja que dejara de hacer lo que estaba haciendo. Dentro de este enfoque "aceptador", si un matrimonio peleaba continuamente y se resistía a los buenos consejos, es probable que Erickson les prescribiera una pelea, pero él cambiaba el lugar, el momento o algún otro aspecto. La respuesta era un cambio espontáneo en la conducta; 2) ofrecimiento de una alternativa peor: un problema común en la terapia y en la hipnosis es cómo lograr que el paciente o el sujeto sigan directivas y, a su vez, alcancen autonomía para tomar sus propias decisiones y establecer sus propios caminos. Según Haley, era muy común en Erickson encarar este problema mediante el procedimiento de dirigir al paciente en un sentido, pero haciéndolo de tal manera que en realidad lo incitaba a ir en otro. Si quería que un sujeto hipnótico respondiera de cierto modo, podía pedir una respuesta que al sujeto no le interesara dar y entonces éste elegía una alternativa en la que participaba plenamente;  3) determinación de un cambio mediante comunicaciones metafóricas: cuando un sujeto resiste directivas, es posible encarar el problema comunicándose con él en términos de una analogía o metáfora. Si el sujeto se resiste a A, el hipnólogo puede hablar de B, y si A y B son relacionadas en forma metafórica, el sujeto hará "espontáneamente" la conexión y responderá de la manera adecuada. Lo que distingue con mayor precisión a Erickson de otros terapeutas es que, si se comunicaba metafóricamente con sus pacientes no les "interpretaba" el significado de sus metáforas; es decir, no traducía la comunicación "inconsciente" a términos conscientes. Ante cualquier expresión metafórica del paciente, Erickson respondía de la misma forma, él trabajaba con las metáforas mediante parábolas, acciones interpersonales y directivas para generar cambios. Al evitar la interpretación captaba no solamente los enunciados verbales de los pacientes, sino también sus movimientos corporales. Erickson era famoso así, por su aguda observación de la conducta no verbal y la información que recibía conservaba su carácter no verbal; 4) aliento de una recaída: Erickson solía encarar este tipo de situaciones utilizando como desafío una directiva, no una interpretación. Si un paciente era demasiado cooperativo y parecía recuperarse con una excesiva rapidez era probable que tuviera una recaída y se manifestara desilusionado con la terapia. Para evitarlo, Erickson aceptaba la mejoría, pero prescribía al paciente una recaída. La única manera en que el paciente podía resistirlo era no teniendo una recaída y seguir mejorando; 5) frustración de una respuesta para alentarla: Erickson incluía esta técnica en los casos en que no empleaba la hipnosis, implica encarar la resistencia y alentar a la persona a iniciar una respuesta que signifique una contribución espontánea. Un ejemplo relacionado a ello es lo que hizo Erickson para que un marido que no se había mostrado cooperativo, decidiera "espontáneamente" asistir a consulta junto cono su esposa. Al rehusarse a asistir, Erickson veía a la esposa sola. En cada entrevista mencionaba algo con lo cual sabía que el marido disentiría y agregaba: "supongo que su marido estará de acuerdo con esto", "no estoy seguro de cómo entenderá esto su marido". Una vez enterado, a través de su esposa, de lo equivocado que estaba el terapeuta en lo que él pensaba, el marido ejercía su "libre albedrío" e insistía en ir a consulta; 6) el empleo del espacio y la posición: un aspecto de interés para la hipnosis es la orientación espacial. La finalidad con que un sujeto se desorienta espacial y temporalmente enseña al hipnólogo a apreciar que el espacio y el tiempo son experiencias subjetivas. Con la experiencia el hipnólogo aprende que la gente se orienta en términos de claves visuales y auditivas y que al alterar esas claves se modifica la orientación de una persona. Erickson observó que podía modificarse la conducta de cada miembro hacia los otros si se cambiaba su orientación espacial. Él hacía que los miembros de la familia de desplazaran, indicándoles que cambiaran de silla y disponía de diferentes combinaciones durante la terapia. Cada miembro tenía una posición espacial y Erickson los definía geográficamente. Los pasos que seguía para trabajar con la familia eran: definir a la persona en términos de su posición; y alterar su posición para que así cambiara la persona; 7) énfasis en lo positivo: Erickson en su trabajo hipnológico y familiar tendía a destacar lo positivo de la conducta de una persona, se basaba en el supuesto de que cada persona alberga un deseo natural de crecimiento y creía que el paciente cooperaba más si uno destaca lo positivo. No minimizaba las dificultades, pero siempre encontraba en ellas algo para el mejor funcionamiento de la persona o familia; 8) ampliación de una desviación: Erickson trataba de alcanzar una pequeña respuesta y luego construir sobre ella, ampliándola hasta lograr la meta.
 Según Haley (1991) Erickson seguía dos enfoques generales en la terapia: inducir en la familia una crisis que rompiera el equilibrio del sistema; y elegía un aspecto del sistema y provocaba en él una desviación, que posteriormente era alentada y ampliada hasta que el sistema se descontrolaba y se veía en la necesidad de reorganizarse, según una nueva serie de pautas.
 Finalmente, cabe señalar que Erickson realizaba su terapia de acuerdo a la etapa del ciclo vital por la que pasaba la familia y su terapia puede ser comprendida si se toman en cuenta los procesos de desarrollo de la familia y los momentos de crisis que surgen cuando ésta pasa de una etapa a otra.
 Otros discípulos de Erickson han tratado de presentar los enfoques y las técnicas ericksonianas en sistemas coherentes para hacerlas más accesibles, entre ellos está Beahrs (citado en O'Hanlon, 1993) quien señala las siguientes características: 1) orientación temporal de presente o futuro; 2) el terapeuta reconoce, acepta y participa en todos los niveles de la conducta y la comunicación del paciente; 3) el carácter indirecto; 4) la manipulación (en beneficio del paciente); 5) la versatilidad. También señala varios principios generales que caracterizan el enfoque terapéutico de Erickson: 1) el terapeuta presta atención a la comunicación del paciente en todos los niveles; 2) el terapeuta se ubica en el nivel del paciente; 3) el terapeuta modifica la conducta del paciente de ese modo adquiere control; 4) el terapeuta manipula al paciente para que la conducta de éste cambie desde dentro y sea más aceptable para el paciente mismo y para otros; 5) hay que trabajar con el inconsciente, que es considerado un recurso positivo y no como un caldero negativo de impulsos y conflictos suprimidos y primitivos; 6) la meta principal de la terapia no es la abre acción ni el descubrimiento, sino la coordinación entre los funcionamientos consciente e inconsciente. Finalmente, Beahrs puntualiza las diversas técnicas terapéuticas de Erickson: 1) utilizaba técnicas conductuales (como la asignación de tareas); 2) aplicaba técnicas profundas o de descubrimiento (escritura y dibujos automáticos); 3) técnicas hipnóticas para sustituir el síntoma o transformarlo y para distorsionar el tiempo.
 Kershaw (1994) en su trabajo de terapia con parejas, menciona que según ella, Erickson fundamentaba sus intervenciones terapéuticas en esta área siguiendo varias premisas básicas: 1) cada individuo posee los recursos necesarios para atender problemas presentes y futuros; 2) la experiencia es subjetiva y se puede alterar; 3) cada persona es un ser único dotado de muchos recursos, algunos de ellos los desconoce; 4) cada persona tiene muchas opciones para resolver cualquier problema; 5) el conflicto entre cónyuges es textual; 6) cada cónyuge desempeña inadvertidamente un papel complementario en cualquier problema que surja en la relación; 7) un trance puede ser consecuencia de una interacción conyugal; 8) dentro del problema está la solución; 9) cada individuo posee su propio estilo de aprendizaje para recombinar y desplazar experiencia; 10) los síntomas aparecen cuando las personas intentan utilizar repetitivamente el mismo estado de conciencia y no encuentran los recursos necesarios para abordar determinado problema; 11) A menudo, el conflicto conyugal es metafórico y refleja un significado más profundo que el contenido de la discusión; 12) los fenómenos de trance relacionados con los síntomas pueden utilizarse como recursos y vehículos para que el terapeuta induzca un trance "curativo" en una pareja.
 Gordon y Meyers (citados en O'Hanlon, 1993) indican que los principales tipos de intervención ericksoniana se clasifican en: 1) intervenciones en el marco de referencia; y 2) intervenciones conductuales. Formulan tres generalizaciones acerca de esta orientación: la importancia de la flexibilidad, tanto en el cliente como en el terapeuta; la importancia del humor; y la orientación de futuro.
 Por su parte, Rosen (1991) enfatiza lo que él llama "cuentos didácticos", esto se refiere a la impresionante capacidad de Erickson para narrar anécdotas, cuentos, historias, etc., a pacientes, que se adecuaban a cada caso, logrando cambios en ellos de una manera indirecta. Rosen señala que obviamente Erickson no sólo contaba historias; sin embargo, considera que éste era un aspecto fundamental en su trabajo, lo cual realza la enorme importancia que Erickson daba al aspecto inconsciente en cuanto a fuente de recursos y capacidades.
 Otros discípulos de Erickson fueron Grinder y Bandler (1994) y gran parte de su propuesta a la que llamaron Programación Neurolingüística (PNL) es un claro ejemplo del hecho de haber retomado el enfoque ericksoniano; en esta propuesta se destaca la siguiente secuencia: 1) ingreso y anclaje de experiencias; 2) acompañamiento polar; 3) disociación; 4) metáfora/metainstrucciones; 5) creación de una experiencia de referencia; 6) puesta a prueba de la eficacia del trabajo. O'Connor y Seymour (1992) señalan que la PNL surgió al principio de los años setenta  del siglo XX y se ha dirigido hacia dos direcciones: descubrir los patrones para sobresalir en un área; y como forma efectiva de pensar y comunicarse. El término PNL contempla tres ideas: "neuro" proveniente de que todo comportamiento surge de nuestros procesos neurológicos de ver, oler, gustar, escuchar y sentir; y es por medio de estos sentidos que procesamos la información y de acuerdo a ello actuamos; "lingüística" que denota que el lenguaje se usa para ordenar los pensamientos y las conductas, además de servir como medio de comunicación con los demás. Por último, "programación", que advierte las maneras que podemos escoger para organizar nuestras ideas y acciones con la finalidad de producir resultados. En concreto, la PNL nos habla de cómo organizamos lo que vemos, oímos y sentimos, y la manera en cómo filtramos el mundo exterior por medio de nuestros sentidos. Además explora cómo representamos el mundo con el lenguaje. Habla de la sintonía o empatía como elemento esencial para establecer un ambiente de confianza para que la persona pueda expresarse libremente, esto es muy usual en la terapia. Se dice que cuando dos personas están en sintonía, la comunicación parece fluir, ya que tanto sus cuerpos como sus palabras entran en armonía. Para lograr esta sintonía la persona debe de reflejar la postura, los gestos y el contacto visual, hasta se habla de cierta armonía en la respiración. Dicha sintonía va a permitir construir un puente hacia la otra persona, teniendo de esta forma un punto de comprensión y contacto.
 Actualmente, la terapia ericksoniana ya empieza a tener una mayor difusión y aceptación en el ámbito académico gracias, en parte, a los autores arriba citados que han difundido el trabajo de M. H. Erickson, a través de los libros escritos por ellos, así como gracias a la organización de The Milton H. Erickson Foundation, en Phoenix, Arizona, la cual ha coordinado la aparición de múltiples institutos en muchos lugares del mundo (incluyendo México), en los cuales se difunde la terapia ericksoniana y se capacita a terapeutas en esta aproximación. Asimismo, dicha organización ha llevado a cabo varios congresos internacionales a partir de 1980, en los cuales se han dado a conocer los trabajos realizados bajo la influencia de este importante terapeuta (Zeig y Lankton, 1988).
 
 

BIBLIOGRAFÍA

-Grinder, J.; Bandler, R. (1994). Trance-fórmate. Madrid: Gaia.

-Haley, J. (1991). Terapia no convencional. Buenos Aires: Amorrortu.

-Kershaw, C. J. (1994). La danza hipnótica de la pareja. Buenos Aires: Amorrortu.

-O'Connor, J.; Seymour, J. (1992). Introducción a la Programación Neurolingüística. Barcelona: Urano.

-O'Hanlon, W. H. (1993). Raíces profundas. Barcelona: Paidós.

-Rosen, S. (1991). Mi voz irá contigo. Buenos Aires: Paidós.

-Zeig, J. (1992). Un seminario didáctico con Milton H. Erickson. Buenos Aires: Amorrortu.

-Zeig, J.; Lankton, S. R. (1988). Developing Ericksonian Therapy: State of the art. New York: Brunner/Mazel Publishers.
 
 











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