Etimológicamente, la palabra suicidio resulta de la unión de las palabras latinas sui (sí mismo) y caedere (matar), siendo su significado literal «acción de matarse a sí mismo».
Se podría definir como toda aquella conducta, generalmente consciente, que va encaminada hacia la autodestrucción —por acción u omisión— del propio sujeto, aunque sea difícil comprobar la intencionalidad e independientemente de que la persona sepa o no el móvil de su conducta suicida.
Fases
Realizar el acto suicida puede ser el resultado de haberlo pensado en forma prolongada, con premeditación y reflexivamente. Pero otras veces, ocurre como una reacción rápida, impulsiva, como un “corto-circuito”, en un agudo marco emocional, sin poderlo sopesar serenamente, y se realiza en un momento de disminución del grado de conciencia, frecuentemente inducido y/o facilitado por acción del alcohol, las drogas o simplemente el dolor emocional.
En cualquiera de los casos el suicidio es un proceso que lleva las siguientes fases: