Conceptos populares pero erróneos respecto a la endodoncia.
El tratamiento de un conducto radicular constituye un procedimiento especializado de la terapéutica dental, diseñado para conservar un diente con seguridad y comodidad. Este diente, al ser tratado en forma adecuada y restaurado, podrá conservarse durante el mismo tiempo que un diente "vivo". No es un diente muerto, dado que su raíz está alojada en tejidos circundantes sanos que bañan su superficie externa y le proporcionan nutrición.
Los dientes no suelen tornarse "negros" en la actualidad debido a que se toman precauciones para conservar su color natural, pero si la estética parece ser una preocupación importante y existe un cambio de coloración, el diente puede ser blanqueado o recubierto con algún material adecuado. De cualquier modo, la retención del diente y la colocación de una corona son preferibles a la extracción y reposición con un aparato protésico.
Algunos pacientes "piensan en términos financieros", y aunque pueden pagar el tratamiento, permiten que consideraciones económicas afecten decisiones que por lógica sólo deben hacerse con base en la fisiología. Es necesario señalar a estas personas la ventaja económica de conservar una pieza dental mediante la terapéutica endodóncica en lugar de someterse a la extracción y reposición protésica.
El paciente deberá ser informado de los problemas que surgen cuando un espacio se deja vacío: inclinación, capacidad masticatoria disminuida, problemas periodontales futuros y efectos estéticos. La extracción contribuye a una aberración deformante de la dentición normal. No hay duda de que un diente normal y funcional, tratado endodónticamente y bien restaurado, es muy superior al mejor reemplazo protético.
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