IRRIGACIÓN E INSTRUMENTACIÓN ULTRASÓNICA
Reig reportó que después de instrumentación e irrigación 55% con pulpas vitales y 80% con pulpas necróticas se presentaban residuos de tejidos. Haga estudió 161 conductos y demostró que entre 2 y 6 mm después de una instrumentación estandarizada la lima trabaja nada más en tres paredes y la cuarta la toca ocasionalmente; llegó a concluir que no se puede llevar a cabo una perfecta limpieza nada más con instrumentos de mano. Se empieza a pensar en una forma mecánica de realizar la limpieza más eficiente y se pensó en el ultrasonido, el cual efectúa la limpieza mediante la cavitación.
Los sistemas ultrasónicos tienen la particularidad de asociar un agente físico (las ondas acústicas) y un agente químico (la solución irrigante). Aportada abundantemente y de forma continua durante toda la instrumentación, la solución irrigante se activa por las ondas acústicas y desencadena efectos hidrodinámicos. Este principio se adapta a los criterios de calidad de una buena irrigación: cantidad, penetración, renovación y agitación.
La cavitación consiste en que las ondas del ultrasonido mueven la solución contra la superficie del objeto que va a ser limpiado; las ondas se mueven tanto que forman un vacío, las paredes opuestas de la microburbuja se polarizan y cuando se colapsan o chocan contra algún artefacto hay una microdescarga eléctrica y se produce energía. En ese momento existe una presión local de cientos de atmósferas; esto, teóricamente, saca todo el material necrótico a la superficie. Bajo la acción de la onda de choque radiante, se produce una erosión mecánica de las paredes del conducto así como una notable elevación de la temperatura. Debe también señalarse la posibilidad de rotura de las membranas celulares y la formación de radicales libres.
La agitación hidrodinámica de la solución forma microcorrientes acústicas rápidas sin formación de cavidades. Estas turbulencias originan fuerzas hidrodinámicas de cizallamiento que provocan:
- efectos mecánicos:
- efectos químicos:
- modificación de enlaces moleculares
- inactivaciones enzimáticas
- ionización
- efectos biológicos:
- rotura de membranas celulares
A medida que la conformación del conducto progresa, la solución penetra más fácilmente hacia la extremidad de la lima. Las turbulencias, proporcionales a la frecuencia vibratoria, son pues susceptibles de favorecer la limpieza mecánica de las paredes y la desintegración bacteriana. En cuanto al irrigante, continúa siendo el hipoclorito de sodio y Cunningham afirma que la elevación de la temperatura de la solución, incrementa su poder solvente y bactericida.
Las piezas de mano ultrasónicas no son tan eficaces en la conformación apical como se esperaba. Sin embargo, la vibración ultrasónica no tiene parangón en su capacidad de limpieza cuando se asocia con los irrigantes. La irrigación ultrasónica incrementa significativamente el costo y la complejidad del sistema de irrigación clínica.
En todas las técnicas la irrigación es considerada, con razón, de gran importancia durante y después de la instrumentación. La "esterilización" final del conducto radicular depende de la minuciosidad de la irrigación final. Sin embargo la columna de aire presente en todos los conductos puede bloquear el avance de la solución e impedir que pueda llegar a la región más distante de cada conducto. A menos que la irrigación se inicie en la proximidad del ápice la columna de aire impedirá que la solución llegue a esta área.
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