ASEPSIA Y ANTISEPSIA EN ENDODONCIA Leonardo, 158
Conceptos
Asepsia y antisepsia comprenden un conjunto de procedimientos, en cualquier trabajo que involucre al ser humano, aunque este concepto no haya sido siempre dominante. Hasta 1867, se llegó a la conclusión de que las infecciones eran causadas por “algo”. En 1878, Pasteur define en términos claros, que las infecciones eran causadas por gérmenes específicos para cada tipo de enfermedades.
En lo que respecta a la odontología, en 1878, Rogers observó que los microorganismos eran los principales causantes de los problemas endodónticos y la bacteriología dental se inicia con Miller en 1890.
Asepsia es un conjunto de procedimientos que tienen por objeto impedir la penetración de gérmenes en el sitio que no los contenga.
Antisepsia es la destrucción de los gérmenes por medio del empleo de antisépticos.
Los medios de que disponemos para la aplicación de los principios de estos dos procedimientos descritos, se consiguen a través de la esterilidad y la desinfección del ambiente de trabajo, del instrumental utilizado, así como del campo operatorio.
Control de las infecciones en endodoncia (Reams, 281-284)
Los recientes descubrimientos en el campo de transmisión de algunas enfermedades como la provocada por el virus de la hepatitis B y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) han dado nuevo énfasis al problema de contaminación cruzada durante el tratamiento dental.
Aproximadamente el 80% de los infectados de hepatitis B transcurren sin dar síntomas y algunos pacientes sabedores de su enfermedad lo ocultan, razones por las que las historias clínicas no son confiables para detectar a estos enfermos.
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la etapa final de la infección por VIH. A pesar de que el VIH ha sido aislado de casi todo líquido corporal incluyendo la saliva, la evidencia epidemiológica asocia la transmisión de la infección primariamente con sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna. No hay evidencia de su transmisión por piquetes de insectos, contacto casual como estrechar la mano, compartir comida o por besos en los labios. Algunas formas de transmisión del VIH aparecen como más eficientes que otras: el riesgo de transmisión de sangre transfundida de un donador VIH positivo es del 90%, mientras que la transmisión por agujas contaminadas es de 0.5%.
A pesar de que la transmisión del virus de la hepatitis B y VIH hay acaparado la atención mayoritaria, muchas otros patógenos (bacterias, virus y hongos) han sido identificados en la saliva y sangre. El personal médico-dental tienen una incidencia significativamente más grande que la población abierta. El VIH ha sido encontrado en pulpas dentales.
Las asociaciones y centros de control de enfermedades infecciosas han recomendado al personal dental usar procedimientos de control de infecciones con todos los pacientes como si todos los pacientes fueran portadores de una enfermedad infecciosa incurable. Este es el concepto básico para las precauciones universales.
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