ENDODONCIA GERIÁTRICA
(Newton, C. en Cohen, 720-737)
IMPORTANCIA
De acuerdo con la tendencia mundial, el número de personas de edades superiores a los 65 años, va en aumento en un ritmo cercano al 17 %.
En México, el envejecimiento de la población se ha producido a gran velocidad; el promedio de vida en nuestro país se ha incrementado a 74.6 años. Estadísticas recientes indican que en el año 2000, 6.8% de la población correspondía a adultos mayores.2 De acuerdo con las proyecciones se espera que para el año 2050 la proporción aumente a 28%,3 por lo que en tan sólo 50 años nuestro país llegará a los niveles de envejecimiento que las naciones europeas han alcanzado en más de 2000 años.
Por entidad federativa, Baja California y el Distrito Federal presentan la mayor esperanza de vida en el país con 77 años; Chiapas con 74 años, la menor.


Fuente: Indicadores sociodemográficos de México (INEGI)


Por esta razón, en México los odontólogos y el sector salud en general deben preparar estrategias para dar respuesta a las necesidades médicas que este sector de la población demandará a corto plazo. En el área odontológica, los reportes indican que la prevalencia de las enfermedades bucales en el adulto mayor no están documentadas, ya que la mayoría de la información epidemiológica de salud bucodental existente se ha concretado a evaluar solamente a la población escolar de primarias de los grandes centros urbanos del país.
Los servicios dentales, incluyendo el tratamiento de conductos, para la población senecta puede ser de dos tipos, genéricamente hablando:
1. Atención a viejos relativamente sanos que son funcionalmente independientes
2. Servicio a viejos con enfermedades físicas y/o mentales severos, que los hace funcionalmente dependientes.
Éste último grupo requiere atención dental de especialistas en odontogeriatría con conocimientos avanzados. Sin embargo, el dentista de práctica general debe tener conocimientos suficientes como para atender al paciente anciano y referir aquellos casos que por su complejidad sean propios del especialista en ancianos.
El propósito de revisar este tema en endodoncia, es el de conocer el efecto de la edad en el diagnóstico de la enfermedad pulpar y periapical y en el tratamiento correcto. La calidad de vida del paciente puede ser importantemente mejorada si se refleja en su salud y función bucal.
Un placer aparentemente simple en la vida es ser capaz de comer lo que a uno se le antoja, y con la edad esos placeres sencillos pueden ser más importantes, como lo es la nutrición y dieta adecuada. Cada diente se vuelve estratégico y es importante considerar que no, por la edad, habrá que sustituirlo por un aparato protésico.
La gran mayoría de pacientes senectos que participan en actividades normales todavía, reconocen el valor de la buena odontología. El dentista no debe presumir que sabe lo que es mejor para el viejo o lo que él o ella deben gastar sin el conocimiento total del paciente. Las necesidades, las expectativas, los deseos y las demandas que tiene el paciente viejo pueden ser aun mayores que las de otros grupos de edad, y la gratitud que siente un anciano por un tratamiento cuidadoso es una de las que produce una mayor satisfacción en el profesional de la salud.
La demanda de conductoterapia del paciente anciano ha aumentado considerablemente en años recientes. Se han dado cuenta de que el tratamiento no es doloroso y de que la edad no es una contraindicación.
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