La técnica consiste en insertar la aguja en el conducto, pero procurando no obliterarlo para facilitar la circulación de retorno y que en ningún momento pueda penetrar más allá del ápice, e inyectar lentamente de medio a dos centímetros cúbicos de la solución irrigadora, para que la punta de aguja, plástico o goma del aspirador absorba todo el líquido que fluye del conducto. El líquido de retorno también puede ser recogido en un rollo de algodón o gasa.
Dado que los irrigantes pueden tener contacto con tejidos vitales, la solución irrigante no deberá ser un tóxico sistémico, sin efectos caústicos en el peridonto y con un potencial pequeño de causar una reacción anafiláctica.
Existen diversas opiniones acerca del método ideal de transportar el irrigante, entre ellos el uso de jeringas plásticas para depositar el irrigante en la cámara pulpar y llevarlo a los planos profundos del conducto con una lima; el empleo de agujas para anestesia #25 en jeringas plásticas de 3cc. utilizando tanto solución anestésica como otros agentes de irrigación mientras otros prefieren el uso de agujas perforadas
En 1976, Goldman et al.35 desarrollan un sistema de irrigación intraconducto mediante el uso de una aguja de 31 mm, calibre 27, a la cual le realizaron 10 perforaciones distribuidas a lo largo de su superficie, con la primera abertura ubicada a 2 mm de la punta, con el objetivo de compararlas con las agujas endodónticas convencionales sobre la base de que la dispersión lateral que ocurre en el nuevo diseño pudiese ser superior en el desbridamiento y eliminación de bacterias del interior del sistema de conductos. Los autores concluyen que el nuevo sistema no demostró una mejor capacidad de remoción.
La penetración del irrigante al conducto radicular instrumentado guarda una relación al tamaño de la preparación. Aunque no hay evidencia directa, la introducción de la aguja con una terminación segura (agujas especiales para irrigación endodóntica) debe llegar 1 mm antes del foramen. Cuando se utilice una aguja calibre 30, la preparación del tercio apical deberá ser del número estandarizado 35 o 40 para asegurar la irrigación correcta en esa área.