Objetivos generales
El tratamiento endodóntico depende fundamentalmente de la preparación (limpieza y el modelaje o conformación) del sistema de conductos radiculares y de su obturación, para prevenir el desarrollo de las patologías periapicales. De esta forma, la instrumentación de los conductos radiculares tiene dos objetivos generales:
a. La limpieza: Remoción de la infección o de la pulpa inflamada
b. La conformación: Creación o formación de un espacio para la obturación radicular
Para poder decir que se ha preparado (instrumentado) un conducto radicular adecuadamente, es necesario que se hayan realizado simultáneamente, la utilización de instrumentos radiculares y la irrigación. Por este motivo este proceso también es conocido como preparación bio-químico-mecánica de los conductos radiculares. Sin embargo, con fines didácticos y de explicación los procesos de irrigación e instrumentación se describen separadamente, aun cuando en la clínica son simultáneos.
La instrumentación es un proceso físico mecánico, que por medio de limas u otros instrumentos, remueve detritos, da forma, esculpe y alisa las paredes dentinarias del conducto radicular. Las soluciones químicas actúan en el conducto, durante la preparación, sobre los restos necróticos y microorganismos, material orgánico e inorgánico, sumando los efectos de desinfección y escombro de restos.
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