REACCIONES Y CURACIÓN DE LOS TEJIDOS APICALES Y PERIRRADICULARES POSTERIORES AL TRATAMIENTO ENDODÓNTICO. (Chugal, pág. 50)

Los procedimientos clínicos para tratar dientes tanto infectados (casos necróticos como los de retratamiento) como no infectados (vitales), involucran el uso de instrumentos y agentes antimicrobianos para la limpieza, desinfección y conformación de los conductos radiculares, así como materiales de obturación. Los efectos acumulados de estos procedimientos inevitablemente resultan dañinos a los tejidos perirradiculares. El tamaño del daño, aumentando a lo causado por la patología existente, debería ser mantenido al mínimo para no interferir negativamente en el resultado final del tratamiento.

El proceso de curación puede ser dividido en regeneración y reparación.
Regeneración resulta en la restitución completa del tejido perdido o dañado, mientras que la reparación incluye el reemplazo de algunas estructuras originales con fibrosis.
La curación en la mayor parte de los tejidos corporales, incluyendo dientes y estructuras vecinas, incluye fases altamente integradas y sobrepuestas: hemostasis, inflamación, proliferación y remodelación tisular o resolución. El tratamiento endodóntico de los dientes con pulpas inflamadas irreversiblemente pueden ser considerado esencialmente como una medida profiláctica. El tejido es seccionado en la constricción apical (o ligeramente más coronal) y las reacciones inmediatas son caracterizadas por un área de necrosis, que involucra porciones variables del muñón pulpar.
En los dientes con pulpa necrótica, después de remover el tejido pulpar infectado y desintegrado, la superficie herida a nivel del conducto apical se establece en un tejido que la mayor de las veces es vital. Este tejido puede ser tejido pulpar que no ha sido todavía afectado por el avance de la necrosis en dirección apical, tejido de granulación en el conducto radicular como respuesta a la infección vecina o hasta tejido periodontal que ha proliferado hacia dentro del conducto apical. Igual que en toda herida quirúrgica, se observa una cantidad de leucocitos porlimorfonucleares, que en unos días o semanas serán reemplazados por un infiltrado crónico.
Las etapas subsecuentes están caracterizados por la desaparición gradual de los fenómenos inflamatorios de los tejidos perirradiculares, restauración del trabeculado normal del hueso y el restablecimiento de un ligamento periodontal sano. En la porción apical del conducto puede observarse un tejido conectivo fibroso libre de inflamación, con prevalencia de fibras más que de componentes celulares.
Con el paso del tiempo, capas sucesivas de cemento serán depositadas hasta la obliteración casi total del la porción apical del conducto. El tejido conectivo en el conducto más apical se reduce a unas pocas fibras. El tejido periodontal que cubre el ápice radicular está libre de inflamación.
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