Infección pulpar e inflamación periapical.
La infección y la inflamación pulpar y de los tejidos periapicales han sido consideradas como extensiones del proceso carioso dental. Esto era una interpretación razonable en vista de la dominación de la caries como una fuente de infección de la substancia dental. Sin embargo, la infección de la pulpa, la infección periapical y la consiguiente reacción tisular, son probablemente una ocurrencia biológica más antigua y más generalizada que la caries dental.
La periodontitis apical puede, entonces, ser considerada como una respuesta tisular a la infección pulpar proveniente de trauma, como contusiones y/o fractura de los dientes, atrición de masticación y abrasión del uso de los dientes como herramientas para la sobrevivencia. Fundamentalmente, la periodontitis apical puede ser vista como un medio corporal de control del riesgo de infección después de brechas abiertas en la barrera mucosa-diente por trauma o atrición de los dientes. Una pulpa expuesta deja teóricamente abiertas las puertas para la infección; el proceso de la periodontitis apical funciona entonces como una segunda barrera dentro del cuerpo para prevenir una diseminación ulterior de los microorganismos patogénicos.

El tratamiento de la periodontitis apical debe ser visto en el contexto de prevenir acceso microbiano al cuerpo. Un sellado completo desde la corona hasta el ápice reestablece la barrera muco-cutáneo-dental, mientras que filtraciones pueden ser la entrada a las bacterias.
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