La pulpa dental es un TEJIDO CONJUNTIVO único (Okiji, en Hargreaves 2 ed., 67)
El origen del esmalte es ectodérmico; sin embargo, los demás tejidos dentales - dentina, pulpa, cemento, hueso y ligamento periodontal - se forman del mesodermo, capa germinal que origina a los tejidos conjuntivos. Los tejidos conjuntivos son, básicamente, los de soporte del cuerpo; su consistencia varía de líquida, como el sinovial de las articulaciones, hasta estructuras sólidas como hueso y dentina.

La pulpa dental es un tejido conectivo único, situado dentro de paredes rígidas de dentina mineralizada. A pesar de que la pulpa dental comparte muchas propiedades con otros tejidos conjuntivos del cuerpo, su localización única le impone varias restricciones especiales respecto a su desarrollo, mantenimiento y respuesta a la agresión.
Es obvio que la composición y estructura de la pulpa es muy diferente a las de la dentina. Sin embargo, los dos tejidos existen en una relación íntima tanto embriológica como funcionalmente, por lo que la dentina y la pulpa son comúnmente estudiadas juntas en una unidad funcional inseparable denominado complejo pulpodentinario o dentinopulpar.

La principal función del tejido conjuntivo es proveer una matriz que una a células y órganos, y ultimadamente da el soporte al cuerpo. El tejido conjuntivo también es responsable de varias actividades que incian y orquestan reacciones ante la invasión patogénica, y por tanto sirve como el sitio esencial para la defensa del huésped.
El tejdo conjuntivo también tiene una capacidad asombrosa para reparar el tejido dañado en forma de cicatrización.
El tejido conjuntivo, en general, está compuesto por fibras y células fijas en una sustancia fundamental o matriz que contiene líquido celular.
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