FUNCIÓN NUTRITIVA DE LA PULPA
CIRCULACIÓN ARTERIAL (Gómez de Ferraris, 222)
Los grandes vasos arteriales de la pulpa miden de 50 a 100 µm de diámetro lo cual iguala el tamaño de arteriolas encontradas en otras áreas del cuerpo humano.
Las tres capas características de las arteriolas reflejan esta delicadeza:
(1) un tejido externo delgado conectivo de recubrimiento (adventicia);
(2) una delgada cama de células musculares lisas de varias capas en la túnica media; y
(3) la capa íntima con su recubrimiento endotelial de células aplanadas.

Las arteriolas terminales más pequeñas consisten de endotelio, más algunas células musculares lisas espirales alrededor del tubo endotelial formando la túnica media y algo de adventicia de soporte. Una sola célula muscular lisa puede rodear varias veces una arteriola de tal manera que las contracciones musculares controlen el diámetro de la arteriola. Inhabilidad de estas células musculares para contraerse resultará en vasodilatación y aumento en el volumen sanguíneo (congestión)
En la estructura de los capilares no existe túnica media o adventicia. Los capilares están formados totalmente por una sola capa de células endoteliales aplanadas (endotelio) que es una continuación del recubrimiento interno endotelial de arteriolas y vénulas y está rodeada por un grupo laxo de fibras reticulares y colágenas. Dos células endoteliales planas juntas pueden formar un vaso capilar de aproximadamente 8 o 10 µm de diámetro. La pared capilar es, por tanto, extremadamente delgada y permeable selectivamente a electrolitos y partículas de pequeño tamaño molecular. Los capilares en la periferia de la pulpa tienen poros o fenestraciones entre células endoteliales contiguas.
Los capilares no están inervados; su dilatación después del aumento en el volumen sanguíneo es pasiva y dependiente del diámetro de vasos musculares más amplios. Debido a los requerimientos nutricionales del gran número de células, la más grande concentración de vueltas y anastomosis capilar está en el plexo periférico en la zona subodontoblástica (zona de Weil) y en la zona rica en células. Durante la dentinogénesis activa, los capilares pueden ser observados entre los odontoblastos y posteriormente se retraen pulparmente mientras la dentinogénesis disminuye.
Presenta predominio de capilares de tipo continuo, y sólo un pequeño porcentaje (5%) del total es de tipo fenestrado. Con MET (microscopio electrónico de transmisión) se ha comprobado que los capilares continuos poseen células endoteliales muy delgadas de un espesor aproximado entre 0,2 a 0,5 µm. Estas células con abundantes invaginaciones de superficie acompañadas de proyecciones citoplasmáticas, que oscilan entre los 60 a 70 µm, se unen por uniones ocluyentes. Dichas invaginaciones superficiales son las denominadas, vesículas de pinocitosis.
Los capilares fenestrados, en cambio, poseen un endotelio relativamente más grueso, con poros de aproximadamente 60 µm, la membrana basal de los mismos es continua. Se ha sugendo que los capilares de este tipo intervendrían en el transporte
rápido de metabolitos, debido a que son más permeables que los continuos. A nivel de las células endoteliales de la pulpa se ha detectado actividad enzimática relacionada con la producción de óxido nítrico.
Tanto los capilares continuos como los fenestrados están rodeados de células periendoteliales. La proporción entre células endoteliales y periendoteliales, es de cuatro a uno. En el conjunto de células periendoteliales destacan los pericitos o células adventiciales, que se encuentran incluidos en Ia misma lámina basal que rodea las células endoteliales. Los pericitos presentan numerosas prolongaciones citoplasmáticas que abrazan la pared endotelial de los capilares. El citoplasma de los pericitos posee, además del núcleo de cromatina condensada y de las distintas organelas, elementos electrodensos rodeados de membrana.
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